En sus últimas horas como presidente de Estados Unidos, Joe Biden emitió indultos preventivos a Anthony Fauci, al general retirado Mark Milley y a los integrantes del comité de investigación del asalto al Capitolio. La medida apunta a evitar que la nueva administración de Donald Trump los procese judicialmente por su papel durante el mandato de Biden.

En un comunicado, la Casa Blanca subrayó que los indultos "no implican admisión de culpabilidad ni reconocen que estos individuos hayan cometido algún delito". Biden destacó que el país "debe una deuda de gratitud" a estos funcionarios por su servicio.

Fauci y Milley, en el centro de la polémica

Anthony Fauci, figura clave en la estrategia contra la covid-19, enfrentó constantes ataques de los seguidores de Trump y grupos antivacunas, quienes lo culparon de las medidas sanitarias adoptadas. Fauci, quien también sirvió durante el primer mandato de Trump, se convirtió en un blanco recurrente para los sectores más radicales del movimiento republicano.

Por su parte, el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor (2019-2023), criticó abiertamente las decisiones de Trump, comparándolo con los nazis en diversas ocasiones. Milley aseguró que el exmandatario le llegó a pedir que autorizara disparar contra manifestantes en las protestas por los derechos civiles de 2020.

El comité del Capitolio, en la mira

El comité de investigación del asalto al Capitolio, compuesto por siete demócratas y dos republicanos, fue otra de las entidades protegidas por los indultos. Este grupo, liderado por la republicana Liz Cheney, desempeñó un papel central en las denuncias contra Trump por su intento de bloquear el traspaso de poder tras las elecciones de 2020. Cheney y Adam Kinzinger, los dos republicanos del comité, enfrentaron represalias dentro de su partido por oponerse a Trump.

Un acto sin precedentes claros

La figura del indulto preventivo es inusual en la política estadounidense. El único antecedente comparable es el perdón otorgado por Gerald Ford a Richard Nixon tras el escándalo del Watergate en 1974.

Sin embargo, Biden optó por no incluir en esta medida a los fiscales que investigan a Trump por fraude electoral, malversación de fondos y manejo de documentos clasificados, casos por los que el expresidente ya enfrenta cargos formales.