Contrastes. El 31 de mayo los consulados italianos rendían homenaje a las víctimas con las banderas a media asta. Estos días, en la península hasta se puede circular sin barbijo en lugares abiertos, respetando el distanciamiento.

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Italia ahora es ejemplo mundial en control del coronavirus

Italia pasó de ser epicentro de muerte por el Covid-19 en marzo pasado a ejemplo de la contención del coronavirus.

Datos recogidos por el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades señalan que, al 12 de agosto, la incidencia acumulada de contagios en la población italiana (el número de casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días) es de 7,9, una cifra inferior a la gran mayoría de los países de la Unión Europea (UE).

En concreto, según esta fuente, el dato italiano es mejor que el de Francia (30,4), Alemania (14,0), Reino Unido (18,2), Grecia (15,5) y Croacia (20,0).

Y es hasta 10 veces más bajo que el de España (98,0), Luxemburgo (141,2) y Rumanía (86,1), que son ahora las peores situaciones del club europeo, subraya el sitio France24.com

Cifras mejores que las de Italia solo las tienen Finlandia (4,0), Hungría (2,9), Letonia (4,3) y Liechtenstein (5,2).

Pese a un ligero repunte en los últimos días, puesto que el país llegó a tener a comienzos de agosto una incidencia acumulativa de 5, la tendencia positiva ha permanecido estable en las últimas semanas.

Al 12 de agosto, el número de casos activos es de 13.791 (de los cuales solo 49 están en terapia intensiva), lo que mantiene a los hospitales de todo el territorio italiano lejos de situaciones de saturación.

Una circunstancia que remite también a que la mayoría de casos actuales "son de menor importancia clínica, puesto que pocos requieren de hospitalización y la edad promedio de los contagiados ha bajado hasta los 40 años (era 64 en marzo)", dice Giorgio Palú, prestigioso virólogo de la Universidad de Padua y unos de los asesores de Véneto, una de las regiones que en la pasada primavera fue duramente golpeada por la pandemia.

De hecho, en la actualidad, "solo cinco de cada 1.000 individuos terminan en las terapias intensivas y corren el riesgo de morir, si tienen más de 75 años", añade Palú.