Israel lanza ataques constantes contra todo el territorio de Gaza
El Ejército ordenó evacuaciones en el sur de la franja.
Los ataques israelíes se intensificaron el martes en toda Gaza en los bombardeos más intensos de las últimas semanas, según los residentes, mientras el ejército ordenaba nuevas evacuaciones en el norte de la franja, advirtiendo a los civiles de que se encontraban en una "peligrosa zona de combate".
También se registraron ataques aéreos y bombardeos desde tanques sobre el terreno en zonas del centro y el sur, en lo que, según los residentes, fueron bombardeos casi ininterrumpidos.
En una publicación en la red social X, el portavoz del ejército israelí, Avichay Adraee, instó a los residentes de cuatro zonas del norte de Beit Lahiya a refugiarse en dos áreas designadas.
Afirmó que el ejército "trabajará con fuerza extrema contra la infraestructura terrorista y los elementos subversivos" de la región.
La reanudación de los bombardeos en el norte de Gaza se produce casi cuatro meses después de que el ejército israelí anunciara la retirada de sus tropas, alegando que Hamás ya no controlaba esas zonas.
Este mes, Israel también retiró la mayoría de sus fuerzas del sur de Gaza. Pero los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego han fracasado, y los bombardeos e incursiones israelíes en el territorio donde se han retirado sus tropas están dificultando el regreso de los gazatíes desplazados a sus hogares abandonados.
Durante la noche, los tanques del ejército realizaron una nueva incursión al este de Beit Hanoun, en el extremo norte de la Franja de Gaza, aunque no penetraron mucho en la ciudad, según los residentes y los medios de comunicación de Hamás. Los disparos alcanzaron algunas escuelas sembrando el pánico entre los residentes desplazados que se encontraban allí.
Los bombardeos del martes ocurrieron después de que sonaran alertas de cohetes en dos ciudades fronterizas del sur de Israel, aunque no se informó de víctimas.
El brazo armado de la Yihad Islámica, grupo aliado de Hamás, reivindicó la autoría de los ataques con cohetes contra Sderot y Nir Am, indicando que los combatientes seguían siendo capaces de lanzarlos casi 200 días después de iniciada la guerra, que ha arrasado grandes franjas del enclave y desplazado a casi todos sus 2,3 millones de habitantes.
En el norte de Gaza se podía ver un denso humo negro procedente del sur de la frontera israelí.
Los bombardeos fueron intensos al este de Beit Hanún y Jabaliya y continuaron el martes por la mañana en zonas como Zeitún, uno de los barrios más antiguos de la ciudad de Gaza, donde los residentes informaron de al menos 10 ataques en cuestión de segundos a lo largo de la carretera principal..
Noche de terror
"Fue una de esas noches de horror como las que vivimos al comienzo de la guerra. Los bombardeos de tanques y aviones no cesaban", sostuvo Um Mohammad, de 53 años, madre de seis hijos que vive a 700 metros de Zeitoun.
"Tuve que reunirme con mis hijos y mis hermanas, que vinieron a refugiarse conmigo, en un mismo lugar y rezar por nuestras vidas mientras la casa seguía temblando", contó a Reuters a través de una aplicación de chat.
Justo al oeste de Beit Hanún, en Beit Lahiya, un ataque aéreo alcanzó una mezquita, matando a un niño e hiriendo a varios más, mientras que un médico murió en un bombardeo cerca del estadio de la ciudad, según informaron los médicos.
Otro ataque en Beit Lahiya alcanzó a una multitud que se reunía en la carretera costera para recoger ayuda lanzada desde el aire. Reuters no pudo confirmar de inmediato ese objetivo ni si hubo víctimas.
En otros lugares del enclave, los bombardeos alcanzaron el este de la principal ciudad del sur, Jan Yunis, un día después de que los tanques hicieran una incursión en la zona, y en el distrito central se recuperaron cuatro cadáveres de una casa atacada durante la noche en el campo de refugiados de Al-Nusseirat.
El ejército israelí indicó que los cohetes lanzados durante la noche contra Israel procedían de posiciones de tiro en el norte de Gaza. Dijo haber atacado lanzaderas de cohetes y matado a varios milicianos durante la noche, en lo que calificó de ataques "selectivos y precisos".
"Durante el último día, aviones de combate de las fuerzas aéreas de Israel y aviones adicionales atacaron aproximadamente 25 objetivos terroristas en toda la Franja de Gaza, incluida la infraestructura militar, puestos de observación, terroristas, puestos de lanzamiento", sostuvo el ejército en un comunicado.
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, condenó los recientes ataques contra Gaza, afirmando que habían matado principalmente a mujeres y niños. También reiteró su advertencia a Israel de que no lleve a cabo el asalto previsto a Ráfah, en el extremo sur del enclave, que podría dar lugar a "nuevos crímenes atroces".
Israel afirma que pretende erradicar a Hamás, que controla el enclave, tras el ataque perpetrado por la milicia el 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas y 253 tomaron rehenes, según los recuentos israelíes.
En toda la Franja de Gaza, los ataques militares israelíes mataron a 32 palestinos e hirieron a otros 59 en las últimas 24 horas, según las autoridades sanitarias palestinas. Se ha confirmado la muerte de más de 34.000 personas en los siete meses de guerra, y aún no se han podido recuperar otros miles de cadáveres.
En el Hospital Nasser, el principal centro sanitario del sur de Gaza, las autoridades recuperaron la jornada anterior otros 35 cadáveres de lo que dicen que es una de las al menos tres fosas comunes halladas en el lugar, con lo que el total de cadáveres encontrados allí asciende a 310 en una semana.
Los palestinos afirman que los soldados israelíes enterraron allí cadáveres con excavadoras para encubrir crímenes. El ejército israelí dijo que sus soldados habían desenterrado algunos cadáveres en el lugar y los habían vuelto a enterrar, tras realizar pruebas para asegurarse de que no había rehenes entre ellos.
Israel asegura que se vio obligado a combatir dentro de los hospitales porque allí operaban combatientes de Hamás, lo que el personal médico y Hamás niegan.
(Reporte de Nidal al-Mughrabi en El Cairo y Maayan Lubell en Jerusalén; redactado por Sharon Singleton; editado en español por Javi West Larrañaga y Aida Peláez-Fernández, Reuters)