Las autoridades iraníes confirmaron este martes que tres personas fallecieron durante los disturbios por la muerte de una joven detenida por la Policía, pero trataron de desviar la culpa de las fuerzas de seguridad diciendo que los asesinatos de los manifestantes eran "sospechosos".

Las protestas continuaron en Teherán a última hora del martes y la Policía disparó gases lacrimógenos, según la agencia de noticias semioficial Fars.

El gobernador de Teherán, Mohsen Mansouri, acusó a agentes foráneos de fomentar la violencia en la capital del país y dijo que ciudadanos de tres países extranjeros fueron detenidos durante las concentraciones de la noche, según la agencia estatal de noticias iraní IRNA.

Los disturbios son los peores en Irán desde los enfrentamientos callejeros del año pasado por la escasez de agua y reflejan el descontento popular no sólo por los derechos de las mujeres, sino también por la seguridad y una economía que se tambalea por las sanciones internacionales.

En un aparente esfuerzo por bajar la tensión, un asesor del líder supremo de Irán dio el pésame a la familia de la mujer que murió bajo custodia en Teherán después de que la policía de la moralidad la detuvo por "vestimenta inadecuada".

El grupo kurdo de derechos humanos Hengaw dijo que tres personas murieron el lunes en el Kurdistán cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego.

El gobernador de la provincia del Kurdistán confirmó que tres personas habían muerto, pero dijo que las muertes eran sospechosas y no informó de un responsable.

Mahsa Amini, de 22 años, originaria de Kurdistán, entró en coma y murió mientras estaba en custodia junto a otras mujeres detenidas por la policía de la moral, que hace cumplir las estrictas normas de la República Islámica que les exigen cubrirse el pelo y llevar ropa holgada en público.

El padre de Amini, quien había afirmado en repetidas ocasiones que su hija no tenía problemas de salud y que había sufrido contusiones en las piernas, responsabilizó a la Policía de su muerte.

Las manifestaciones estallaron en el Kurdistán y se extendieron a otras provincias del noroeste de Irán.

Videos publicados en las redes sociales permiteron observar manifestaciones en varias ciudades, con mujeres agitando sus pañuelos y manifestantes enfrentándose a las fuerzas de seguridad.

Las protestas, desencadenadas por la muerte de Amini, "también arrojan luz sobre la serie de problemas que los iraníes comunes afrontan cada día en relación con la seguridad y la libertad", publicó Sanam Vakil, del grupo de reflexión Chatham House.

"No creo que se trate de un desafío existencial para el régimen (...) porque el sistema en  Irán tiene el monopolio de la fuerza y una estrategia de seguridad bien afinada que ya está aplicando", añadió.

El presidente de Irán adoptó un tono desafiante el miércoles al exigir garantías de que Estados Unidos no abandonará un acuerdo nuclear que las potencias occidentales buscan revivir y al denunciar un "doble rasero" en materia de derechos humanos tras la muerte de una mujer iraní bajo custodia policial.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, también recordó que Teherán quiere que el expresidente estadounidense Donald Trump sea juzgado por el asesinato en 2020 del máximo comandante de la Fuerza Quds de Irán, Qassem Soleimani, en un ataque con un dron estadounidense en Irak, mostrando una foto del general.

Trump abandonó en 2018 el acuerdo nuclear de 2015 por el que Irán había acordado frenar su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones económicas, lo que provocó que Teherán comenzara a romper los límites establecidos en el pacto aproximadamente un año después.

"Tenemos ante nosotros la experiencia de la salida de Estados Unidos (del acuerdo). Con esa experiencia y esta perspectiva, ¿podemos ignorar la importante cuestión de las garantías para un acuerdo duradero?", dijo Raisi en la Asamblea General de la ONU.  

Raisi también trató de desviar las críticas por la muerte la semana pasada de Mahsa Amini, de 22 años, quien fue detenida por la policía de la moral en Teherán por "atuendo inadecuado", lo que desató protestas que reflejan la ira latente sobre las libertades personales en la República Islámica y una economía que se tambalea por las sanciones.

"La República Islámica de Irán rechaza algunos de los dobles raseros de algunos gobiernos con respecto a los derechos humanos. (Mientras) tengamos este doble rasero en el que la atención se centra únicamente en una parte y no en todas por igual, no tendremos verdadera justicia y equidad", protestó.

Y dobló la apuesta: "Los derechos humanos pertenecen a todos, pero desgraciadamente son pisoteados por muchos gobiernos", añadió refiriéndose al descubrimiento de tumbas sin nombre de indígenas en Canadá, al sufrimiento de los palestinos y a las imágenes de niños migrantes retenidos en jaulas en  los Estados Unidos.