Al menos 10 personas murieron el lunes, después de que la decisión del poderoso clérigo musulmán chiíta iraquí Moqtada al Sadr de abandonar la política por el estancamiento político provocó enfrentamientos entre sus partidarios y rivales respaldados por Irán.

Los jóvenes leales a Sadr asaltaron la sede del Gobierno en la zona verde de Bagdad, que había sido el palacio del dictador Saddam Hussein, y tomaron las calles del entorno donde se enfrentaron a partidarios de grupos respaldados por Teherán.

Disparos se escucharon en la capital y se vio a algunas personas disparando armas hacia partidarios de Sadr, según testigos de Reuters, mientras otros apuntaban al aire en una nación repleta de armas tras años de conflictos y disturbios. Los grupos rivales también se lanzaron piedras.

El estallido sigue a un estancamiento político de meses que ha bloqueado la formación de un nuevo gabinete. El ejército ordenó rápidamente el toque de queda.

Además de los 10 muertos, varias decenas de personas resultaron heridas, según la policía y el personal médico.

Los partidarios del líder populista iraquí Moqtada al-Sadr chocan con los del Marco de Coordinación, un grupo de partidos chiítas, en la Zona Verde de Bagdad. Foto: NA-Reuters/Thaier Al-Sudani.

"Anuncio mi retirada definitiva", dijo Sadr en un comunicado publicado en Twitter. Los enfrentamientos ocurrieron horas después del anuncio, lo que provocó que sus partidarios, que llevaban semanas realizando una sentada en el parlamento en la Zona Verde, se manifestaran y asaltaran la principal sede del gabinete. Algunos se metieron a la piscina del palacio, gritando y ondeando banderas.

El Ejército iraquí declaró toque de queda a partir de las 1230 GMT e instó a los manifestantes a abandonar la Zona Verde.

Punto muerto

Los partidarios del líder populista iraquí Moqtada al-Sadr levantan un cuadro con su imagen en la pileta - Foto: NA-Reuters/Alaa Al-Marjani

Sadr criticó a otros líderes políticos chiíes por no prestar atención a sus peticiones de reforma. No dio detalles sobre el cierre de sus oficinas, pero dijo que algunas de sus instituciones culturales y religiosas permanecerían abiertas.

Sadr retiró a sus legisladores del Parlamento en junio después que no logró formar un Gobierno. El estancamiento político entre él y sus rivales chiíes cercanos a Irán ha hecho que Irak lleve tiempo sin un Gobierno. 

Sadr se retiró de la política y del gobierno en el pasado y también ha disuelto milicias leales a él. Pero conserva una amplia influencia sobre las instituciones estatales y controla un grupo paramilitar con miles de miembros.

A menudo regresóo a la actividad política después de anuncios similares, aunque el estancamiento actual en Irak parece más difícil de resolver que los períodos anteriores de disfunción.

El actual callejón sin salida entre Sadr y los rivales chiítas le dio a Irak su período más largo sin un gobierno.

Los partidarios del clérigo voluble asaltaron la zona del gobierno central de Bagdad. Desde entonces, ocuparon el parlamento, deteniendo el proceso para elegir un nuevo presidente y primer ministro.

El aliado de Sadr, Mustafa al-Kadhimi, quien sigue siendo el primer ministro interino, suspendió las reuniones del gabinete hasta nuevo aviso después de que los manifestantes de Sadr asaltaron la sede del gobierno este lunes.

Irak tuvo problemas para recuperarse desde la derrota del Estado Islámico en 2017 porque los partidos políticos se pelearon por el poder y la vasta riqueza petrolera.