Iván Duque, presidente de Colombia. Había sido invitado al acto pero no asistió. Recibió numerosas críticas de las víctimas de violencia policial Ahora lo responsabilizan por lo que denuncian como "represión" del encuentro de este domingo. En la imagen, el mandatario habla durante un acto en la Argentina. Foto: NA/Juan Vargas.

Una denominada "Jornada de perdón y reconciliación" convocada en Colombia terminó con choques entre manifestantes y agentes de la Policía en la capital del país, Bogotá.

Grupos de ciudadanos denunciaron represión cuando los oficiales dispararon gases lacrimógenos para dispersar las protestas.

La Plaza de Bolívar fue el epicentro de las refriegas con el Escuadrón Móvil Antidisturbios, una unidad de la Policía Nacional.

De acuerdo con las autoridades, algunos ciudadanos lanzaron piedras contra los agentes y aquellos respondieron con gases lacrimógenos.

Por su parte, grupos de manifestantes denunciaron que la Policía lanzó los botes para dispersar las protestas, lo que calificaron como otra muestra de represión, en medio de las movilizaciones que, justamente, se formaron para condenar la brutalidad policial.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, había convocado a una ceremonia de perdón y reconciliación, en homenaje a los 13 fallecidos y a los más de 70 heridos que dejaron las protestas del miércoles y el jueves que, precisamente, eran contra la brutalidad de las fuerzas de seguridad, tras la muerte del abogado Javier Ordóñez.

El letrado sufrió nueve fracturas en el cráneo, producidas por policías.

Al evento fueron invitadas las familias de las víctimas, así como mandos policiales y el propio presidente colombiano Iván Duque.

Sin embargo, estos dos últimos actores no asistieron, provocando nuevas críticas de la ciudadanía.

La silla del mandatario permaneció vacía durante todo el acto, al que envió como representantes del Gobierno al alto comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, y la alta comisionada para los Derechos Humanos, Nancy Patricia Gutiérrez.

Mayra Páez, pareja de un joven de 17 años que perdió la vida en medio de las protestas, aseguró: "Aquí hoy no debería solamente estar la alcaldesa, aquí debería estar el presidente, aquí debería estar la Policía Nacional, pidiéndonos disculpas y reconociendo este acto que hicieron".

Por su parte, Bryan Baquero, hermano de Angie Baquero, una joven de 29 años que recibió de la policía un balazo en el abdomen, aseguró: "No queremos que suceda lo mismo que con cada una de las personas que fueron víctimas de esta situación, queremos que estos hechos no generen más violencia".

La alcaldesa admitió "la gravedad de lo ocurrido", pero no concretó medidas para evitar la brutalidad.

En su intervención, la alcaldesa López pidió perdón a los familiares de las víctimas y afirmó: "Reconocemos la gravedad de lo ocurrido y admitimos que esto no debía suceder".

En esta línea, expuso que "honrar la memoria de las víctimas y el dolor de sus familias, es el primer paso indispensable para construir un proceso de verdad y justicia que posibilite uno de reconciliación".

Las protestas comenzaron tras la muerte de Javier Ordóñez, un abogado de 43 años que fue reducido con exceso de fuerza y el uso prolongado de una pistola eléctrica.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del miércoles pasado.