Incendios en los humedales de Brasil alcanzaron niveles récord
En el Pantanal, en Mato Grosso, ya ardieron más de 3.400 kilómetros cuadrados
El número de incendios en el Pantanal en lo que va de año se multiplicó por diez respecto del mismo periodo del año pasado, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil.
"Es difícil respirar. Es difícil para los recién nacidos. El calor es cada vez más fuerte", explica Amilton, un guía de pesca de Corumbá, un municipo perteneciente a Mato Grosso.
El Pantanal ya está caliente y se vuelve más caliente, más seco, con humo, el tiempo se pone muy malo".
A medida que la región se aproxima a la estación de mayor riesgo de incendios forestales, que suelen alcanzar su punto álgido en septiembre, los expertos advirtieron de que los fuegos en
lo que va de año son peores que los de principios de 2020, cuando ardió un tercio del Pantanal.
Más de 3.400 kilómetros cuadrados del Pantanal ardieron desde el 1 de enero hasta el 9 de junio, la mayor cantidad de la que se tenga registro, según el programa de vigilancia por satélite de la Universidad Federal de Río de Janeiro, con datos que se remontan a 2012.
Lo peor de la estación seca aún está lejos, pero estos humedales brasileños ya están tan secos que los incendios forestales se multiplican.
Los hombres guían al ganado a través de la llanura inundable, con la esperanza de tener más posibilidades de sobrevivir. "Por la forma en que viene el fuego, podría rodearlos y quemarlos hasta la muerte", dijo José Cleiton, un agricultor.
Los humedales del Pantanal, diez veces más grandes que los Everglades de Florida, son el hogar de jaguares, tapires, caimanes y osos hormigueros gigantes. Las escasas lluvias desde finales del año pasado interrumpieron las habituales inundaciones estacionales, aumentando la vulnerabilidad de la región a los incendios.
El contraste con las inundaciones récord en Río Grande do Sul, tres estados hacia el sur, puede ser chocante, pero los científicos dicen que son parte del mismo fenómeno: un patrón de El Niño inusualmente fuerte, empeorado por el cambio climático.
"El cambio climático ha potenciado El Niño", dijo Michael Coe, científico del clima del Centro de Investigación Climática Woodwell. "Ahora estamos en un ámbito diferente".