Hambre y Covid-19 se potencian en África, sin alimentos ni vacunas para combatirlos
La hambruna crónica en África Occidental, que va camino de los 41 millones de damnificados, halló un socio letal: el coronavirus, que ya infectó a 5 millones, con sólo el 2% de la población vacunada.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, no se había terminado de asegurar el apoyo del Consejo de Seguridad para ser reelecto ver (https://noticiasargentinas.com/internacionales/antonio-guterres-fue-reelegido-para-otros-cinco-anos-al-frente-de-la-onu) cuando desde la África subsariana llaman urgente a la puerta de su oficina en Nueva York para recordarle que 41 millones de personas están al borde de la hambruna y encima encerradas contagiándose el Covid-19, con apenas el 2% de la población vacunada
Las declaraciones que repiten los líderes mundiales acerca de ayudar a los países más pobres con el envío de dosis de vacunas, retaceadas hasta el presente, así como las promesas de donaciones por parte del presidente de EEUU, Joe Biden, no son posibles de materializar con la urgencia que demandan las vidas en juego.
Togo, al noroeste del continente negro junto a Benín, Ghana y Costa de Marfil, soportó en abril una gran ola de infecciones, y actualmente el promedio diario se encuentra en dos dígitos, por la evaluación que hizo Our World in Data, en la que participa la Universidad de Oxford.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, reconoció que "el elevado aumento de contagios en África es especialmente problemático porque es el continente con menor acceso a las vacunas, los diagnósticos y el oxígeno".
La gravedad de la situación llevó al ministro alemán de Cooperación para del Desarrollo, Gerd Müller, a hacer las valijas para trasladarse a Lomé, la capital de Todo, como parte de un recorrido que planificó por África Occidental, que comprende Togo, Gambia, Sierra Leona y Senegal.
Se propone tomar contacto personal con la lucha desigual que en esa región se libra contra el coronavirus, debido a que su país tiene inversiones por 142 millones de euros en agroindustrias, energía y educación en la zona.
Lleva consigo para ello 30 respiradores y 5.000 medidores de oxígeno que entregará en Togo, pero además analizará la posibilidad de que África Occidental haga su propia producción de vacunas. Para ello piensa recorrer instalaciones farmacéuticas en Togo y dialogar con sus administradores.
En su visita a Sierra Leona, sellará una colaboración entre el hospital berlinés Charité y el Princess Christian Hospital de Freetown. Mientras en Gambia recorrerá un centro de salud.
Prevé cerrar la gira de una semana en Senegal donde, además de la ayuda de emergencia por el Covid-19, hará una visita informativa al Instituto Pasteur, en el que se establecería un centro de producción de vacunas para África Occidental.
Sin embargo, Müller buscará una forma integral de abordar la crisis económica, luego de que el año pasado, por la pandemia, el crecimiento fuera un tercio del previsto originariamente.
Crisis extendida
Los conflictos no terminan ahí, sino que se extienden por Etiopía, Malí y la República Democrática del Congo.
En Uganda, por ejemplo, las cifras de contagios del coronavirus se dispararon desde finales de mayo al 15 de este mes, con más de 1.400 nuevos casos diarios, según el sitio web "Our World in Data", motivo por el que el presidente Yoweri Museveni decidió hace dos semanas un confinamiento estricto de 42 días.
Abarcó el cierre todas las escuelas mientras se vacune a los profesores, a fin de que puedan volver a enseñar. Se prohibió la asistencia a las iglesias y mezquitas y fue vedado el uso del transporte a otras ciudades.
En la República Democrática del Congo se anunció una "tercera ola mortal", por lo cual fue limitado el número de participantes en reuniones a 20, se cerraron los locales nocturnos y se pidió precaución.
Los contagios registrados hasta ahora superan los 35.900 y 845 personas han muerto, según la agencia sanitaria africana CDC, pero las cifras aumentan rápidamente y los hospitales ya se encuentran saturados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que fue por la llegada del invierno que aumentó el riesgo de infección. Y el 15 de junio, el Ministerio de Sanidad informó de más de 8.400 nuevos casos, que produjeron más de 58.000 muertes.
La CDC africana descree inclusive que a esta altura las vacunas ayuden, cuando ni siquiera el 1% de la población está completamente vacunada.
La OMS tampoco está demasiado optimista en ese sentido, debido a que calcula el déficit en 225 millones de dosis y que cerca del 90% de los países africanos no conseguirán vacunar ni al 10% de sus habitantes antes de septiembre, como se preveía.
El director ejecutivo de la organización "Uniting to Combat Neglected Tropical Diseases" -una alianza de organizaciones sanitarias mundiales-, Thoko Elphick-Pooley, fue demoledor: "África solo ha recibido un 1% de las dosis de vacunas distribuidas en el mundo. Ahora tenemos 5 millones de casos en África, pero cerca del 98% de los africanos no están vacunados", sostuvo.
Desde foros de gran repercusión mediática, como la última cumbre del Grupo de los 7, que se llevó a cabo en el fastuoso en Carbis Bay, Cornwall, Gran Bretaña, las naciones industrializadas más importantes anunciaron que proporcionarán conjuntamente mil millones de dosis de vacunas a los países más pobres, antes de finales de 2022.
Además de ser considerada por las organizaciones de ayuda al desarrollo una contribución insuficiente no contempla detalles "de campo" sobre las infraestructuras, como la implementación logística de la distribución de las vacunas, que, al igual que ocurre con los medicamentos para otras enfermedades, es un gran obstáculo, según Elphick-Poole.