Científicos suecos hallaron el cuerpo de un cachorro canino de 18.000 años de antigüedad cerca de la ciudad siberiana de Yakutsk y continuaban investigando acerca de su origen.

La nariz, la piel y los dientes de este animal quedaron muy bien conservados gracias al permafrost.

Los investigadores del Centro para la Paleogenética de Suecia lograron confirmar que el cachorro permaneció congelado durante

aproximadamente 18.000 años, pero pruebas exhaustivas de su ADN todavía no habían sido capaces de contestar si era un perro o un

lobo.

BUENOS AIRES, NA

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