La práctica de Canberra de respaldar a Washington para enfrentarse a Beijing puede hacer que se quede sola, advirtió James Laurenceson, director del Instituto de Relaciones Australia-China de la Universidad de Tecnología de Sídney.

Australia es ahora un caso atípico en muchos frentes, incluyendo la interrupción del comercio y sus intentos de convencer a otros países asiáticos para que difamen a China, escribió Laurenceson en un artículo de opinión publicado el jueves en el sitio web de la revista Fortune.

En el ámbito del comercio, Washington todavía no ha mostrado interés en asumir ningún coste para cumplir la promesa de "no dejar sola a Australia", apuntó. El experto universitario agregó que los últimos datos comerciales muestran que los productos estadounidenses se están creando un nicho en el mercado chino dejado por Australia.

El enfoque de Australia para gestionar sus relaciones con Estados Unidos y con China "ha proporcionado una lección gratuita para quienes se encuentran en otros lugares", señaló Laurenceson.