El rublo comenzó la semana con una devaluación del 30%, tanto frente al dólar como al euro. De esta manera, la moneda europea se encarece por encima de los 106 rublos y el billete verde hasta los 95. Sucede luego de que el Banco Central de Rusia ha decidido aplicar la mayor suba de la tasa de interés de su historia, al colocarlas en el 20%- desde el 9,5% en el que estaban el viernes último.

Durante el último fin de semana, se observaron extensas fijas de ciudadanos rusos para extraer dinero de los cajeros automáticos, motivados principalmente por la implicancia que pueda tener el cierre de flujos internacionales con ciertas naciones.

Las sanciones económicas de las potencias occidentales a Rusia apuntan básicamente a debilitar el rublo y generar inflación. 

"Se viene la gran devaluación del rublo y corrida bancaria cuando abran los mercados. Veremos cómo lo maneja el Banco Central de Rusia que tiene reservas de sobra. Cuánto daño inútil a la economía y a sus habitantes por ambiciones imperialistas de un político", había anticipado Gustavo Neffa, director de Research for traders.

Para contrarrestar el efecto de las medidas internacionales y en medio del desplome del rublo, la Bolsa de Moscú anunció que no abrirá este lunes y tampoco mañana, según lo dispuesto por el Banco Central de ese país.

Además, la autoridad monetaria prohibió de forma temporal cualquier venta de valores que pertenezcan a no residentes del país con "el único objetivo de proteger los derechos e intereses legítimos de los inversores en los mercados", se informó oficialmente.

La intención de Moscú es evitar que los inversores extranjeros puedan salir del mercado financiero ruso. La petrolera BP ya ha anunciado que abandonaría su participación en la empresa energética estatal Rosneft.  Y a esa actitud se suma la intención de fondos soberanos de Noruega y Australia de vender sus activos rusos. 

Por su lado,  Estados Unidos prohibió todas las transacciones con el Banco Central ruso con efecto inmediato en coordinación con varios aliados.

La decisión de Washington está destinada a "inmovilizar todos los activos que el Banco Central de Rusia tiene en Estados Unidos o en manos de estadounidenses", anunció el Departamento del Tesoro.

Washington emitió la prohibición antes de la apertura de los mercados estadounidenses y Canadá siguió sus pasos. La decisión limitará mucho la capacidad de Moscú de utilizar sus abundantes reservas de divisas estimada en 600 mil millones de dólares, para comprar rublos y sostener su moneda.