Francia responsabiliza a EEUU de birlarle un millonario contrato de provisión de submarinos a Australia
Por el acuerdo con Reino Unido y EEUU, Canberra adquirirá varios submarinos nucleares estadounidenses, lo que implica que renuncia a comprárselos al país galo, según lo convenido en 2016.
El verdadero "contrato del siglo" que significaba el enorme pedido de submarinos convencionales hecho hace cinco años a un grupo industrial francés especializado en la construcción de defensa naval será abandonado en favor de la nueva sociedad AUKUS, confirmó el Primer Ministro australiano luego de conocerse el acuerdo entre su país, EEUU y Reino Unido, justificado con las "crecientes ambiciones de China en la región del Indo-Pacífico".
"La primera gran iniciativa de AUKUS será la entrega de una flota de submarinos de propulsión nuclear a Australia", dijo Scott Morrison, en una videoconferencia con el primer ministro británico Boris Johnson y el presidente estadounidense Joe Biden.
El ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, reaccionó este jueves durante una entrevista a la cadena Franceinfo: "Esta decisión unilateral, brutal e imprevisible es muy parecida a lo que hacía el señor Trump".
Señaló que "de repente nos enteramos por las declaraciones del presidente Biden que el contrato entre los australianos y Francia está llegando a su fin, y que EEUU va a hacer una oferta nuclear a Australia".
Calificó la acción de Australia como "una puñalada por la espalda". "Hemos establecido una relación de confianza con Australia, y esta confianza ha sido traicionada", lamentó Le Drian.
La ruptura del contrato con Naval Group, por parte de Australia, por el que debía recibir 12 máquinas a lo largo de 50 años, con un costo total de la operación de 50.000 millones de dólares australianos, es decir, 31.000 millones de euros, fue considerada acertada, dada la escala y la velocidad del gasto militar chino en fuerzas navales y aéreas.
En Canberra se venía criticando mucho a los franceses, porque se los culpaba de los retrasos y los costos adicionales, según informó el corresponsal de RFI en Sydney, Grégory Plesse.
Se encontró una alternativa, pero cara: las multas que deberá pagar la empresa gala Naval Group por el incumplimiento del contrato podrían superar los 250 millones de euros, conforme publicó la prensa australiana.
"Entiendo la decepción de Francia", declaró Wallace a la televisión BBC, pero "los australianos quieren hacer un cambio".
"No fuimos a buscarlo, pero como aliados cercanos, cuando nos preguntaron, por supuesto que lo consideramos", agregó.
Por otra parte, aseguró al canal privado Sky News que Francia sigue siendo uno de los principales aliados del Reino Unido: "No tenemos intención de hacer nada para contrariar a los franceses".
París tuvo una lectura diametralmente opuesta y la consignó en un comunicado, en el cual tachó la decisión del Gobierno australiano de "lamentable" y "contraria a la letra y al espíritu de la cooperación que prevalecía" entre ambos países.
No se hizo esperar tampoco la reacción de China ante la noticia, al denunciar este jueves la venta "extremadamente irresponsable" de submarinos nucleares estadounidenses a Australia.
"La cooperación entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia en materia de submarinos nucleares socava de manera grave la paz y la estabilidad regionales, intensifica la carrera armamentística y compromete los esfuerzos internacionales de no proliferación nuclear", declaró ante la prensa el portavoz de la diplomacia china, Zhao Lijian.
Acusó a los tres países de demostrar una "mentalidad de guerra fría" y utilizar el armamento nuclear con fines geopolíticos.
China y Australia mantienen tensas relaciones desde hace un año y medio.