El presidente de Francia, Emanuel Macron, no puede convocar a nuevas elecciones legislativas hasta mediados de 2025 y tras la caída de Michel Barnier, deberá encontrar un nuevo primer ministro que no sea tumbado por los diputados, informaron medios internacionales.

Esto ocurre en un país divido en tres bloques irreconciliables, plantea el sitio RFI: una coalición dominada por la izquierda radical, la centroderecha y la extrema derecha.

El NFP (coalición de socialistas, comunistas, ecologistas e izquierda radical) llegó en las elecciones anticipadas de este año en primer lugar, pero sin mayoría.  

Casi dos meses después, Macron nombró primer ministro al ex negociador europeo del Brexit, en nombre de la "estabilidad".  Y a propósito de Barnier, el primer ministro francés, 
llegó este jueves por la mañana al Palacio del Elíseo para presentar la dimisión de que el Ejecutivo fuese tumbado en una moción de censura parlamentaria. Pocos minutos después de su llegada, Macron aprobó la renuncia, informó la agencia de noticias Xinhua. 

Macron aceptó rápidamente la renuncia pero pidió al destituido primer ministro y a su gabinete que permanezcan en sus cargos de forma interina hasta que se nombre a un nuevo premier, según France 24.

El partido La Francia Insumisa, dirigido por Jean-Luc Mélenchon, mientras tanto, ahora aparece aislado. 

Macron hablará al país en la noche de este jueves y comenzará a despejar dudas. El Frente Popular, coalición de izquierdas más votada en las legislativas, pretende que el nuevo primer ministro salga de sus filas, aunque el Partido Socialista no es reacio a apoyar a un candidato del centro. Uno de los nombres que suena para intentar la gesta de formar un equipo que no sea tumbado es el del centrista y ex ministro, François Bayrou

Por su parte, en el partido conservador, Republicanos, aseguran que no van a apoyar a un primer ministro que no salga de sus filas. No se contempla que el nuevo jefe del Ejecutivo salga de las filas del partido de extrema derecha de Marine Le Pen.