En la ciudad portuaria de Mariúpol, en el este del país, el alto el fuego de las tropas de Putin a fin de favorecer corredores humanitarios para unas 400.000 personas no duró ni dos de las cinco horas que había prometido el Kremlin.

El nuevo intento de evacuar a los civiles de la ciudad sureña fracasó, de lo que el ayuntamiento culpó a los bombardeos rusos.

La viceprimera ministra ucraniana ratificó que Moscú atacó con artillería pesada la ciudad de Volnovaja y sus alrededores en Mariúpol y Zaporiyia.

Las fuerzas rusas están apuntando a "áreas pobladas" en varias ciudades, según el gobierno del Reino Unido.

Pero por otro lado, se negó el avance ruso, que acusa a Ucrania de reiniciar el ataque.

La Cruz Roja aclaró que Rusia y Ucrania no habían llegado a un acuerdo sobre los detalles de cómo funcionaría una evacuación.

Tras el fallido segundo intento de evacuar Mariupol, que terminó bajo el bombardeo de Rusia, durante una nueva llamada maratónica de casi dos horas Emmanuel Macron imploró a Putin que permitiera que los civiles huyeran de las ciudades sitiadas de Ucrania.

Pero en Jérson, las protestas se suceden contra los invasores, que disparan al aire para dispersar a la multitud que trata de defender su país, incluso con sus manos, al intentar detener el paso de los convoyes rusos.

Lo mismo que en Melitopol. En otro de los grandes objetivos de Moscú para cerrar la salida de Ucrania al mar, en Odessa, la magnitud de la tragedia queda patente en el desbordado hospital materno de la ciudad, informó el periódico español ABC.

En la ciudad de Irpin, al nordeste de Kiev, al menos tres personas, una madre y dos niños, murieron en disparos de mortero cuando los residentes huían a través de un puente destruido que había sido volado por las fuerzas ucranianas para evitar un avance ruso en la capital.

En un discurso anoche, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo: “No perdonaremos. No olvidaremos. Castigaremos a todos los que cometieron atrocidades en esta guerra”.

Al cabo de la jornada, el balance era que la capital ucraniana está cada vez más asediada desde el norte, pero también desde el sur, con bombardeos en Bila Tserkva.

En el nordeste se libran ataques aéreos, como en Chernigov, en el que supuestamente se derribó un avión de combate ruso.