Etiopía acepta un alto el fuego en la región de Tigray hasta que termine la siembra y haya elecciones
Los residentes de Mekele aplaudieron el regreso de las fuerzas de Tigray por primera vez desde que las tropas etíopes tomaron la ciudad a fines de noviembre y el primer ministro y premio Nóbel de la Paz Abiy declaró la victoria.
El gobierno de Etiopía declaró un alto el fuego inmediato y unilateral en su región de Tigray, después que estallaron los combates en noviembre por la ocupación rebelde de la capital regional y el retiro de los soldados del gobierno.
El segundo país más poblado de África se ha visto desestabilizado por este conflicto, que amenaza extenderse al Cuerno de África, donde Etiopía es considerada un aliado de seguridad clave para Occidente.
El cese de hostilidades durará hasta septiembre, cuando finaliza la temporada de siembra, pero también cuando estén los resultados de las elecciones nacionales que el primer ministro, Abiy Ahmed, promovió como pieza central de las reformas que le valieron el Premio Nobel de la Paz 2019.
En el interregno, la civilización occidental procura investigar las acusaciones de atrocidades, incluidas las violaciones en grupo y el hambre forzada, así como las miles de muertes en la región.
La presión internacional sobre Etiopía se disparó nuevamente la semana pasada después que un ataque aéreo militar en un mercado concurrido mató a más de 60 personas, y de que Médicos Sin Fronteras dijera que tres miembros del personal habían sido asesinados en otro incidente.
En medio de la agitación del lunes, la agencia de las Naciones Unidas para la infancia dijo que los soldados etíopes ingresaron a su oficina en Mekele y desmantelaron equipos de comunicaciones por satélite, un acto que, según dijo, violaba la inmunidad del organismo mundial.
UNICEF advirtió la semana pasada que al menos 33.000 niños con desnutrición severa enfrentan un "riesgo inminente de muerte", sin que llegue más ayuda al pueblo de Tigray.
Reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de ONU
En la sede de la ONU en Nueva York, Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda convocaron a una reunión abierta de emergencia del Consejo de Seguridad.
El organismo más poderoso de la ONU discutió sobre Tigray a puerta cerrada, porque para hacerlo en una sesión abierta necesitan el apoyo de nueve de los 15 miembros del consejo.
Los residentes de Mekele aplaudieron el regreso de las fuerzas de Tigray por primera vez desde que las tropas etíopes tomaron la ciudad a fines de noviembre y Abiy declaró la victoria.
Tras ocupar el aeropuerto y otras posiciones clave, transmitieron un mensaje a la población para que dejaran de celebrar y se fueran a casa,
Es que, en retirada, los soldados etíopes dispararon contra los estudiantes de la Universidad de Mekele, matando a dos e hiriendo a tres, según reveló en forma anónima una enfermera del hospital de Ayder.
En tanto, los combatientes de Tigray, leales al antiguo partido gobernante regional que durante años dominó el gobierno de Etiopía antes de ser marginados por el nuevo primer ministro, socavaron la declaración al librar una guerra de guerrillas en el accidentado terreno de la región.
En una entrevista transmitida la semana pasada, Abiy recordó que la ayuda a Tigray durante la devastadora hambruna de Etiopía en la década de 1980 había reforzado a los combatientes, los que finalmente derrocaron al régimen gobernante.
Tal cosa "nunca sucederá" ahora, prometió.
La declaración de Etiopía fue propalada por los medios estatales poco después que la administración interina de Tigray, designada por el gobierno federal, huyera de la capital regional de Mekele y pidiera un alto el fuego por motivos humanitarios para que se pudiera entregar la ayuda que se necesitaba desesperadamente.
La tregua "permitirá a los agricultores cultivar sus tierras, ayudar a los grupos a operar sin ningún movimiento militar y comprometerse con los remanentes (del antiguo partido gobernante de Tigray) que buscan la paz", afirma, y agrega que los esfuerzos para llevar a los ex líderes de Tigray "a la justicia" continúan.
Etiopía había rechazado conversaciones con los combatientes de Tigray y no merecieron comentarios de la vecina Eritrea, cuyos soldados han sido acusados por residentes de Tigray de algunas de las peores atrocidades de la guerra perpetradas en la aldea de Dengelat, al norte de la capital Mekele.
Lo que le queda por hacer a Abiy es ordenar a los soldados eritreos que se vayan y “deshacer la etiqueta de terrorista contra el gobierno electo de Tigray", dijo dijo Desta Haileselassie Hagos.
Tigray en los últimos días ha sido testigo de algunos de los combates más feroces del conflicto.