Estados Unidos sancionó a las dos hijas de Vladimir Putin
Según sostiene la Casa Blanca, los familiares del presidente ruso ocultan su riqueza.
Estados Unidos anunció sanciones contra dos hijas de Vladimir Putin por la invasión rusa a Ucrania, tras alegar que ocultan la riqueza del mandatario. Además, declaró sanciones de “bloqueo total” a las instituciones financieras más grandes de Rusia (Sberbank y Alfa Bank); sumado a que todas las nuevas inversiones estadounidenses en Rusia han quedado prohibidas.
Mariya y Katerina son las dos hijas mayores del presidente ruso, fruto de su matrimonio con Lyudmila Putina, de quien se divorció en 2013. Al respecto, el Kremlin no confirmó oficialmente la filiación ni tampoco ellas mismas; según explican en Moscú, no se comenta sobre la vida de los familiares del mandatario.
Según las versiones que trascendieron a lo largo de los años, sus primogénitas pasaron su vida entre Rusia y Europa Occidental. Además, cuentan con un alto poder económico y una buena posición en el mundo de los negocios y la élite rusa.
Si bien Putin no habla sobre sus hijas, se refirió a ellas una vez durante una conferencia de prensa en 2015: “Están dando los primeros pasos en sus carreras, pero están progresando. No se han involucrado en el mundo de los negocios o en la política”, dijo. Y recalcó que no han gozado de beneficios por su posición.
“Ellas viven en Rusia. Y no se han educado en ninguna otra parte que no sea en Rusia. Estoy orgulloso de ellas. Continúan estudiando y trabajando, y hablan tres idiomas europeos con mucha facilidad”, agregó.
Mariya Vorontsova (36), la mayor de las dos, nació en San Petersburgo. Mientras que Katerina Tikhonova (35), la menor, nació en Dresde, Alemana Oriental, en el momento que Putin trabajaba como espía de la KGB (agencia de inteligencia y de la agencia principal de policía secreta de la Unión Soviética).
Según indica Bloomberg, la mayor es médica y dirige un centro de Inteligencia Artificial en la Universidad Estatal de Moscú. Está casada con un empresario holandés llamado Jorrit Faasen, con quien vivió durante varios años en Voorschoten, una zona exclusiva cerca de La Haya.
Mientras que la menor es física y matemática. Trabaja en Nomenko, una empresa del sector de salud. Estuvo casada con Kirill Shamalov, un multimillonario hijo del oligarca Nikolai Shamalov, entre 2013 y 2018. El empresario es uno de los accionistas del banco Rossiya, conocido como la entidad financiera de la élite rusa.
En su momento, Reuters confirmó que Katerina y Shamalov tenían en 2015 un patrimonio valuado en 1800 millones de euros. Entre otros activos, la pareja poseía una vivienda en el País Vasco francés de 3,7 millones de dólares.