Estados Unidos desechó más de 82 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus
El desperdicio se dio entre diciembre de 2020 y mediados de mayo de este año, según una investigación periodística. Además, preocupan dos nuevas subvariantes de Ómicron.
Estados Unidos descartó 82,1 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 desde diciembre de 2020 hasta mediados de mayo de este año, poco más de 11 por ciento de las dosis distribuidas por el Gobierno federal estadounidense, de acuerdo con un informe de NBC News.
Dos cadenas de farmacias minoristas, CVS y Walmart, fueron responsables de más de una cuarta parte de las dosis desechadas en aquel país durante ese período debido en parte al gran volumen de vacunas que manejaron, según datos de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) citados en el informe.
La información sostiene que dos estados descartaron más de una cuarta parte de sus dosis: Oklahoma desechó el 28 por ciento de cerca de cuatro millones que recibió, y Alaska que tiró cerca del 27 por ciento de un millón.
Expertos en salud pública precisaron que el desperdicio es alarmante en un momento en el que menos de la mitad de los estadounidenses vacunados por completo tienen una dosis de refuerzo y en el que muchos países más pobres todavía batallan con el suministro de vacunas, señaló el informe.
Por otra parte, dos nuevas subvariantes de Ómicron van al aza en los Estados Unidos, lo que incrementa la preocupación de expertos de salud con respecto a si podrían impulsar un repunte de casos de COVID-19 en el verano.
Se estima que las subvariantes, conocidas como BA.4 y BA.5, representaron cerca del 13 por ciento de todos los nuevos casos de COVID-19 en ese país en la semana que terminó el 4 de junio, indicaron este miércoles los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
La BA.4 representó el 5,4 por ciento de los nuevos casos y la BA.5 constituyó el 7,6 por ciento, de acuerdo con cálculos de los CDC.
Las dos subvariantes representaron el mayor porcentaje de casos en una región que incluye a Texas, Nuevo México, Oklahoma, Arkansas y Luisiana, señalaron los CDC. Otra subvariante, la BA.2.12.1, que sigue siendo la variante dominante en el país, representó el 62,2 por ciento de todos los nuevos casos de los Estados Unidos en la última semana luego de meses de constante crecimiento.
Las variantes BA.4 y BA.5 fueron incluidas en marzo en la lista de monitoreo de la Organización Mundial de la Salud y designadas como variantes de preocupación por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades.
Los datos de los CDC mostraron que están presentes en todas las regiones estadounidenses. La evidencia indica que las nuevas subvariantes son versiones aún más contagiosas de Ómicron y que podrían eludir los anticuerpos de un contagio previo lo suficientemente bien como para desencadenar una nueva ola, dijeron expertos en salud.
"BA.4 y BA.5 podrían acabar por convertirse en los linajes dominantes de Ómicron en las próximas semanas o meses" , dijo Nathan Grubaugh, profesor asociado de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale.
Estados Unidos registra actualmente en promedio alrededor de 108.000 casos y 300 muertes por COVID-19 diarios, mostraron los datos más recientes de los CDC.
Expertos en salud consideran que la cifra real es significativamente mayor debido a que un número creciente de resultados de pruebas caseras no han sido registrados.
Algunos epidemiólogos advirtieron que los crecientes casos podrían poner en riesgo a las personas con una salud comprometida y también podrían exponer a muchos contagiados a problemas de salud de largo plazo.