Estados Unidos indicó que no reanudará la suspendida ayuda para Sudán si no cesan los actos de violencia y si no se restablece un Gobierno encabezado por civiles, señaló la embajada estadounidense en Jartum. La secretaria de Estado asistente de Estados Unidos para Asuntos Africanos, Molly Phee, y el enviado especial para el Cuerno de África, David Satterfield, se reunieron con las diferentes partes de la crisis política en Sudán.

"En las reuniones con amplios sectores de la sociedad civil sudanesa, Phee y Satterfield compartieron la profunda preocupación del pueblo sudanés por la interrupción de la transición democrática", agregó la embajada.

Los dos funcionarios estadounidenses condenaron en términos enérgicos "el uso de una fuerza desproporcionada contra los manifestantes", indicó la embajada. Y añadió que pidieron investigaciones transparentes e independientes sobre las muertes y heridos registrados.

Los enviados de Estados Unidos dejaron claro que su país considerará medidas para pedir cuentas a los responsables del fracaso en el avance hacia estos objetivos. Phee y Satterfield también instaron a suspender el estado de excepción como una importante medida para la generación de confianza.

Ambos apoyaron el recién lanzado proceso político encabezado por los sudaneses y facilitado por la Misión Integrada para la Transición de las Naciones Unidas en Sudán (UNITAMS) como forma de ayudar a las partes sudanesas a identificar un camino común para superar el estancamiento político en el país, destacó.

Sudán ha estado padeciendo una crisis política desde que Abdel Fattah Al-Burhan, quien también se desempeña como comandante general de las fuerzas armadas de Sudán, declaró el estado de excepción el 25 de octubre de 2021 y disolvió al Consejo Soberano y el Gobierno.