Tan espectacular fue la subida de los precios del gas, con las reservas debajo de los mínimos y crecientes dificultades para abastecerse en los mercados internacionales, que la tarifa de la luz trepó hacia límites insospechados.

Tal es así que para el penúltimo día hábil de la semana se espera que la cotización del 'pool' en el mercado mayorista alcance un nuevo récord, con 288,53 euros/MWh, según los datos diarios aportados por el regulador del mercado ibérico OMIE.

Los precios diarios alcanzaron niveles superlativos: en Alemania superaron los €300 por MWh, mientras en España subieron a €288 por MWh, un 550% por encima de la media de precios de 2010-2020.

El costo de la electricidad en Europa continental se acercó a los 300 euros el megavatio hora, una barrera que hace unas semanas parecía inconcebible. En lo que va del mes ya se registraron los cuatro precios más altos de la historia.

Frente a este panorama, la Unión Europea intentaba encontrar un enfoque común ante el aumento de los precios del gas y la electricidad.

La escalada hizo crecer la inquietud a nivel del Parlamento Europeo donde varios eurodiputados pidieron una investigación sobre el mercado del gas en la Unión Europea y reclamaron reducir la dependencia energética europea lo antes posible.

"Tenemos que asegurarnos de que ningún estado o ningún actor estatal, ya sea la federación rusa, Gazprom o cualquier otra persona, manipule e influya en los precios europeos de la energía", explicó el eurodiputado del PPE, Siegfried Muresan.

Un grupo de países, incluidos Francia y España, también firmaron una declaración proponiendo compras conjuntas de gas y cambiar las reglas que rigen los mercados energéticos de la UE para limitar la especulación.

"La experiencia nos dice que cada Estado por su cuenta es más débil y que individualmente los gobiernos estan a merced de la especulación de los precios llegando incluso a competir entre nosotros mismos", asegura la eurodiputada de S&D, Iratxe García. 

Cena previa a la cumbre

Los jefes de Estado y de gobierno de la UE también debatieron el aumento del precio de la energía durante una cena previa a la cumbre entre la UE y los Balcanes Occidentales que tuvo lugar en Eslovenia.

Por su parte, la Comisión Europea pidió a los Estados miembros que proporcionen fondos de emergencia a los consumidores y a las pequeñas empresas, y sigue defendiendo la transición verde como la mejor solución a largo plazo.

"Los precios del gas se están disparando, pero el precio de las renovables bajó durante los últimos años y se mantiene estable. Así que para nosotros está muy claro que para la energía a largo plazo es importante invertir en renovables que nos den precios estables y más independencia", sostuvo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Esta idea no convence a todos los países. El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, cree que el Pacto Verde es el origen del problema."El problema para Hungría es la nueva regulación del Pacto Verde, que es un impuesto indirecto para los propietarios de pisos, casas y automóviles y no es aceptable", explica Orban.

En el Parlamento Europeo, incluso los eurodiputados verdes, admiten que la transición verde tendrá un precio.

Pero insisten en que la dependencia de los combustibles fósiles es mala para el medio ambiente pero también para la economía.

"Los combustibles fósiles nos dieron la ilusión de que se puede tener energía barata y abundante y esto simplemente no es cierto", recuerda el eurodiputado de Los Verdes, Philippe Lamberts.

Pero hay una pregunta en el aire ¿hasta qué punto debería intervenir la Unión Europea?

Países como Alemania o Holanda parecen creer que el mercado puede autoregularse.

Mientras las nerviosas deliberaciones cundían por el Viejo Continente, sugestivamente, ante el nivel histórico de precios, a mitad de la jornada el mercado de futuros del gas se dio la vuelta y, tras venir de avanzar un 25%, retrocedía a pérdidas del 7%.

Este cambio de tendencia sobrevino a partir de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en una reunión con varios miembros de su Gobierno para tratar diversas cuestiones energéticas, defendió el papel de su país como proveedor "fiable" y manifestó la disposición a colaborar en la estabilización de los mercados energéticos.

Subrayó el deseo de Rusia de que este esfuerzo sea llevado a cabo sobre una base comercial y teniendo en cuenta los intereses de todos los participantes.