La Suprema Corte de Brasil postergó el juicio sobre el denominado Marco Temporal, que amenaza las demarcaciones de tierras indígenas.

Se estima que para el próximo jueves se conocerá el dictamen sobre el polémico proyecto que es impulsado desde el Ejecutivo, representado por Jair Bolsonaro. 

El juicio se trata de una demanda de una presunta recuperación de tierras presentada por el Gobierno de Santa Catarina contra el pueblo Xokleng en relación con los terrenos aborígenes Ibirama-Laklãno

En 2019 la Suprema Corte dio el estatus de repercusión general al caso de Santa Catarina, con lo cual la decisión tomada en el mismo servirá de pauta para la dirección federal.

Desde el pasado lunes 23 de agosto y hasta el próximo domingo, miles de representantes de varias comunidades intentarán hacer ver al Congreso la necesidad de no adoptar un proyecto promulgado por el Ejecutivo de Jair Bolsonaro que es considerado nocivo para sus vidas.

Muchos de estos representantes han catalogado el momento como “el más importante del siglo”. Al mismo tiempo exigen a la Cámara de Diputados archivar el proyecto de Ley 490 que permite la minería y cultivos de transgénicos.

El resto de las tierras que actualmente ocupan se podrían usar para la tala, ganadería y minería, situación que sería catastrófica para sus comunidades y especialmente para el medio ambiente a nivel global, que datan desde antes de la invasión europea en los siglos XV y XVI. 

Desde 2017, el Estado brasileño, en aquel momento con el Gobierno de Michel Temer, invoca la tesis del llamado Marco Temporal, según la cual la posesión de la tierra solo se garantiza a quienes puedan demostrar que estaban en la zona en la fecha de promulgación de la Constitución, el 5 de octubre de 1988.  Los indígenas consideran que tomar 1988 como referencia para catalogar un terreno como ancestral o no, es “injusto” debido a que durante la dictadura militar (1964-1985) ellos fueron expulsados de la mayoría de sus hogares