El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegó a Beirut con ayuda humanitaria, un mensaje de apoyo y la intención de plantear un programa para sacar al país de la crisis en la que se encuentra.

Macron afirmó que llevó a El Líbano "un testimonio de apoyo, de amistad, de solidaridad fraterna con el pueblo libanés".

El mandatario galo pisó Beirut dos días después de la explosión en el puerto de la ciudad que hasta ahora deja un saldo de 145 muertos.

El mandatario anunció que al Líbano acaban de llegar dos aviones civiles y uno militar con ayuda humanitaria para atender a los damnificados por la catástrofe, pero insistió en que su visita tiene una intención a largo plazo: establecer una hoja de ruta para sacar al país de la crisis económica y social en la que venía desde mucho antes de la tragedia de este martes.

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Antes de su visita, el presidente dijo en sus redes sociales que "el Líbano no está solo".

Comentó ya en aquel país que desea "organizar la cooperación europea y más ampliamente la cooperación internacional".

Antes de visitar el puerto destruido en compañía de su homólogo libanés, Michel Aoun, el mandatario francés se dirigió a un grupo de reporteros: "Nuestra prioridad es dar apoyo y ayuda a la población sin condiciones".

Macron resaltó que desde antes de la explosión el país está pasando por una "crisis política, moral, económica y financiera" y por eso insistió en que "si no se hacen reformas, El Líbano seguirá sufriendo".