El Partido Laborista de Australia, liderado por Anthony Albanese, se impuso a la coalición conservadora del primer ministro Scott Morrison, que ostentaba el poder desde 2013, en las elecciones que se llevaron a cabo este sábado. No obstante, se estima que a los laboristas no les alcanza los escaños obtenidos y deberán forman alianzas para gobernar.

Las proyecciones de la Comisión Electoral Australiana otorgan 71 escaños a los laboristas -cerca de los 76 que conceden mayoría absoluta-, frente a unos 53 que habría obtenido la coalición Liberal-Nacional de Morrison, informó el sitio DW.

En tanto, el Partido Verde, que sería aliado natural de los laboristas, podría obtener hasta tres escaños.Los independientes sumarían diez asientos, y uno cada uno la Alianza de Centro y la ultraderecha.

El resultado de las elecciones de este sábado pus fin a los casi nueve años de poder de la coalición liberal-nacional (conservadora) y Albanese se convertirá en el 31º primer ministro de Australia.

Al hablar ante sus seguidores, Albanese prometió unir a los ciudadanos del país. "Les digo a mis compatriotas australianos: gracias por este extraordinario honor. Esta noche el pueblo australiano ha votado por el cambio", dijo.

La victoria del Laborista se dio gracias a las grandes oscilaciones a favor del partido y al colapso del apoyo para la coalición.

Al reconocer la derrota, Morrison, quien habló antes con Albanese para felicitarle por su victoria electoral, asumió la responsabilidad del resultado y anunció que dimitirá como líder del Partido Liberal.

"A mis colegas de esta noche, que han tenido que lidiar con noticias muy difíciles y que han perdido sus escaños esta noche, yo, como líder, asumo la responsabilidad de las victorias y las derrotas", dijo a sus partidarios.

"Como resultado, entregaré el liderazgo en la próxima reunión de la sala del partido para garantizar que el partido pueda avanzar bajo un nuevo liderazgo, que es lo adecuado", agregó el mandatario saliente.

Unos 17,2 millones de australianos ejercieron su derecho a voto, que es obligatorio, en unos comicios  que transcurrieron sin incidentes. Además de los 151 miembros de la Cámara de Representantes, se votó por 40 de los 76 senadores.