Autoridades del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) y del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Islas Canarias, coincidieron este miércoles en que de persistir la poca o casi nula actividad del volcán Cumbre Vieja en un plazo de diez días podría decretarse la finalización de su erupción.

En conferencia de prensa y tras 88 días de actividad eruptiva la directora de IGN, María José Blanco, señaló que “a tenor de lo observado en la superficie y los datos aportados por los sistemas de medición el Cumbre vieja pasa por una fase muy baja y de agotamiento de su actividad”.

A lo que añadió el hecho de que las coladas están detenidas ante la ausencia de flujo de lavas desde la base y en el delta de Las Hoyas; aunque detalló que estas tardarán en enfriarse, pues aún registran temperaturas cercanas a los 400 grados Celsius; al tiempo que detalló la sismicidad se halla en niveles muy bajos, y desde hace más de 24 horas no se reporta señal de tremor volcánico.

Por su parte, el director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico en la Comunidad Autónoma de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, expresó que todavía existe una posibilidad de reactivación, de ahí que necesiten un tiempo para asegurarse de que esto no suceda y hacer todos los análisis pertinentes.

A propósito, y con relación a los 555 albergados que existen producto de la actividad del Cumbre Vieja, sostuvo que “es probable que en un futuro más o menos cercano se permita a muchos vecinos volver a sus viviendas, proceso que no será breve. Para ello se estudian todos los parámetros, fundamentalmente el de los gases emitidos a la atmósfera, que pueden ser peligrosos, especialmente por altos índices de monóxido de carbono que poseen.

En tal sentido Involcán señaló que las emisiones de dióxido de azufre (SO2) se han reducido a menos de cinco toneladas diarias, niveles extremadamente bajos en comparación con los miles de toneladas diarias emitidas durante semanas.

Stavros Meletlidis, vulcanólogo del IGN explicó a medios locales que esta pausa es distinta, “no solamente por la duración, tratándose de un volcán maduro, a punto de cumplir los 90 días. La anterior vez llevaba solo 10 días, con un cambio de comportamiento”.

A lo que agregó otros factores como el tremor ausente, la poca sismicidad, y la disminución considerable en la emisión de gases. Sobre esta última destacó que seguirán siendo parte del día a día durante varios meses pero en otro volumen; también habrá temblores, porque va a haber un reajuste debajo de la isla”.

El volcán de La Palma, el de mayor duración registrado en las Islas Canarias, destruyó un total de 1.221 hectáreas, de ellas 360 de cultivos, en esa región de España; además de destruir 1.304 viviendas y provocar la evacuación de más de 7.000 personas.