El ministro de Salud británico, Sajid Javid, descartó por completo la imposición de la vacunación obligatoria en Reino Unido, pero colocó encima de la mesa la necesidad de una cuarta dosis para combatir futuras olas de la pandemia, revela la prensa europea.

Sus comentarios tienen lugar en un momento que los casos se están disparando en el centro de Europa entre nuevas protestas contra el aumento de las restricciones y un endurecimiento de los protocolos de vacunación, como sucede en Austria.

El Reino Unido incluso compró 114 millones de vacunas contra el coronavirus y Londres anunció la firma de nuevos contratos con Pfizer/BioNTech y Moderna para 2022 y 2023. Los mismos incluyen acceso a ensayos modificados si fueran necesarios para combatir la variante Ómicron.

El ministerio de Sanidad precisó en un comunicado que la partida incluirá 60 millones de dosis de la estadounidense Moderna y 54 millones de la germano-estadounidense Pfizer/BioNTech. El total de dosis encargadas hasta la fecha por el Reino Unido, incluidas algunas que aún no tienen aprobación regulatoria, es de 453,5 millones, con seis empresas diferentes. Dentro de este país, se han administrado ya más de 116 millones de dosis, entre primeras, segundas y de refuerzo, según los últimos datos oficiales.

"Lo que decidan países como Austria es asunto suyo. Tenemos la suerte de que en este país, aunque existen dudas sobre las vacunas, son mucho menores de lo que estamos viendo en otros lugares", ha explicado en declaraciones concedidas a la cadena BBC.

El ministro amplió: "Las consideraciones futuras incluyen la necesidad de una vacuna de refuerzo (tercera dosis) para las personas de 18 a 39 años que no están en un grupo de riesgo, y si podría ser incluso necesaria la vacunación de refuerzo adicional (cuarta dosis) para los grupos de adultos más vulnerables si hiciera falta".

El Reino Unido atraviesa ahora una nueva subida de contagios con más de 40.000 casos diarios y más de 100 fallecidos al día. El país ha notificado más de 9,8 millones de afectados y 144.000 fallecidos desde el inicio de la pandemia.