El recuerdo de los cappellettis de la abuela y su angustia por la desigualdad: la Navidad del Papa Francisco
La máxima autoridad de la Iglesia Católica confesó que tendrá presente a "los olvidados" durante las festividades religiosas.
En las vísperas de Navidad, el Papa Francisco emitió un saludo para los fieles de la Iglesia Católica, que tuvo como eje central su insistente preocupación por los pobres, los niños abuzados, los enfermos, y los “olvidados”. En una entrevista brindada a medios italianos, Francisco rememoró sus tradicionales festividades en la Argentina, durante su niñez.
“La comunidad internacional, la Iglesia, las instituciones, los que tienen responsabilidades políticas y sociales y también todos los ciudadanos, particularmente en los países más ricos, no pueden y no deben olvidar las regiones y las personas más débiles, frágiles e indefensas”, pidió en una entrevista coordinada entre diarios de Roma.
Con respecto a la celebración de las festividades, Jorge Bergoglio destacó que transitará la Navidad junto a los pobres, siguiendo el ejemplo de Jesús. “En los pobres, siempre. Como Jesús, que nació pobre: ese día María era una mujer de la calle, porque no tenía un lugar adecuado para dar a luz. Y luego pienso en todos los olvidados, los abandonados, los últimos y, en particular, los niños abusados y esclavizados”, señaló.
El Papa Francisco rememoró algunas anécdotas navideñas en la Argentina, junto a su familia. “A veces íbamos a casa de una tía por la noche, porque en Buenos Aires y en nuestra familia no había costumbre en esa época de celebrar la Nochebuena como hoy. Se celebraba el día 25, siempre con los abuelos”, declaró, y recordó un episodio que tuvo como protagonista a su abuela: “Llegamos y todavía estaba haciendo cappelletti, los hacía a mano. ¡Había hecho 400! ¡Quedamos asombrados! Allí estaba toda nuestra familia, también vinieron tíos y primos”.Las Fiestas en la familia Bergoglio eran multitudinarias. “Mi madre hacía chocolate muy espeso para beber", destacó.
Contó también que de niño “no tenía televisión en casa” y que “varias veces, después de la cena, papá nos leía volúmenes en voz alta”.
Por otro lado, el obispo jesuita hizo mención especial a las situaciones de desigualdad presentes en el mundo. “Me hace llorar y enojarme el escuchar las historias de niños y adultos vulnerables que son explotados. Y luego pienso en los niños enfermos que pasarán la Navidad en el hospital, no hay palabras, solo podemos aferrarnos a la fe, a Dios, y preguntarle: ¿Por qué?”, ponderó.
“Rezo a Dios para que esta Navidad transmita más generosidad y solidaridad a la Tierra. Espero que la Navidad caliente el corazón de los que sufren, y abra y fortalezca el nuestro para que arda en el deseo de ayudar más a los más necesitados”, afirmó.
Bergoglio pidió "abrazar con fuerza" y pasar tiempo con los hijos sanos, que no deben padecer complicaciones en camas de hospitales. En esa sintonía, aprovechó el mensaje para agradecer la labor del personal de la salud que trabaja para “paliar el sufrimiento de esos pequeños”.
A meses de su operación de colon, el Papa confirmó que goza de buena salud y que continúa manteniendo los hábitos de siempre. A pesar de sus 85 años, se levanta a las 4 de la mañana para dar inicio a su rutina diaria. ”Me concedo solo una breve siesta después de almorzar”, confesó.