El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, quien intenta erigir a su país como mediador de la guerra entre Rusia y Ucrania, reveló que las negociaciones prosiguen, pero a un paso muy lento y aún persisten muchos puntos de discordia que mantienen lejos la posibilidad de un alto el fuego.

"Todavía queda mucho camino por recorrer porque hay cuestiones controvertidas, algunas de ellas son fundamentales", afirmó el jefe de Gobierno israelí. Sin embargo, admitió que hubo avances, pero que "las brechas son aún muy grandes".

Dentro de los avances, Bennett le detalló al diario 'Jerusalem Post' que Moscú desistió de la idea de deponer al presidente Volodímir Zelenski y a desmilitarizar Ucrania, mientras que Kiev se comprometió a no plegarse a la alianza de la OTAN.

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Por último, sobre la comparación que Zelenski hizo el domingo donde emparejó la guerra en Ucrania y el Holocausto judío, el primer ministro fue tajante: "El Holocausto no debe compararse con nada".

Así como Bennett entró decididamente a la mediación, Alemania, Francia y Turquía también se propusieron interceder.

En el caso del israelí, lo hace aun exponiéndose a un costo político interno, ya que su predecesor Benjamin Netanyahu advirtió que la nación judía debe concentrarse en la amenaza que representa Irán para su seguridad y existencia.