El papa Francisco se saltó el lunes la lectura de un discurso preparado para una reunión con rabinos europeos, diciéndoles que no se sentía bien, y el Vaticano comunicó que está aquejado de un resfrío leve, pero siguió adelante con sus otros compromisos del día y más tarde sonrió y bromeó con niños.

"Buenos días. Les saludo a todos y les doy la bienvenida y las gracias por esta visita, que me complace enormemente. Pero sucede que no me encuentro bien y por eso prefiero no leer el discurso sino darles una copia", comentó a una delegación de la Conferencia de Rabinos Europeos.

Francisco pareció quedarse sin aliento al saludar a los rabinos al comienzo de la reunión, según un cable de la agencia de noticias Reuters.

La cancelación de su discurso desencadenó una breve preocupación sobre la salud del pontífice de 86 años.

A Francisco le falta parte de un pulmón, que le fue extirpado cuando era joven en su Argentina natal.

"El papa Francisco está un poco resfriado y ha tenido un largo día de audiencias. Quiso saludar individualmente a los rabinos europeos y por eso les dio su discurso escrito. El resto de sus actividades continúa con regularidad", escribió el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, en un comunicado.

En el pasado, Francisco no leyó discursos preparados en el último momento para conservar fuerzas.

El Papa fue operado el 7 de junio de una hernia abdominal por lo que pasó nueve días en el hospital y parece haberse recuperado completamente de la operación.

Realizó tres viajes al extranjero desde la operación y tiene previsto ir a Dubái el mes que viene para asistir a la cumbre de las Naciones Unidas sobre el clima COP28.

Sonrió y bromeó con niños

Más tarde, el papa Francisco habló y bromeó con multitudes de niños y parecía estar en buen estado de salud en las últimas horas de este lunes.

Presidió un animado encuentro con más de 7.000 niños de todo el mundo en la sala de audiencias del Vaticano, habló con claridad y no mostró síntomas visibles de resfriado.

Respondió a las preguntas de unos 14 niños, entre ellos algunos de Oriente Medio y Ucrania, lo hizo espontáneamente, a menudo bromeando con ellos, y pareció divertirse.

Varias de las preguntas de los niños se referían a la paz y el medio ambiente. Sostenían carteles en los que se leía "paz" en sus idiomas.

Extracto de un artículo de Philip Pullella, de la agencia de noticias Reuters