Luego de ser duramente criticado por comparar a las víctimas de la invasión rusa en Ucrania con refugiados de otros países y no condenar el accionar de Vladimir Putin, el papa Francisco volvió a hacer referencia al conflicto bélico y se mostró consternado por la masacre de Bucha, el pequeño suburbio de Kiev que trascendió en el mundo al ver sus imágenes con civiles muertos en las calles. 

“Las últimas noticias de la guerra en Ucrania (...) muestran nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha, [muestran] una horrenda crueldad, cometida también contra civiles, mujeres y niños”, dijo el máximo Pontífice tras su audiencia general.

Y agregó: “Son víctimas cuya sangre inocente clama al cielo e implora que pongamos fin a esta guerra, que hagamos callar las armas, que cesemos de sembrar muerte y destrucción”, agregó.

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Minutos después, el papa desplegó una bandera ucraniana ante los miles de fieles reunidos en la sala Pablo VI. “Esta bandera viene de la guerra, de la ciudad martirizada, Bucha”, dijo Francisco, en presencia de varios niños ucranianos y antes de besar la bandera, visiblemente ennegrecida.

Durante su discurso, el primer cardenal también lamentó el escaso alcance de las organizaciones internacionales frente al conflicto. “Tras la Segunda Guerra Mundial intentamos fijar las bases de una nueva historia de paz, pero desgraciadamente, la vieja historia de las potencias rivales se ha perpetuado. Y en la guerra actual en Ucrania somos testigos de la impotencia de las organizaciones internacionales”, dijo el Papa, que se ha dicho dispuesto a ir a Kiev.