Gran parte de los países latinoamericanos tiene un número de dosis confirmadas que representan un porcentaje pequeño de su población total, según observan los corresponsales de medios informativos internacionales.

Las empresas que más venderán sus productos en la región son Pfizer y AstraZeneca, aunque los proyectos rusos y chinos también tendrán presencia.

Con los primeros resultados de los proyectos de vacuna de diversas farmacéuticas para combatir al Covid-19, también llegaron los primeros planes de vacunación y las compras masivas por parte de ocho países interesados, dice un reporte del sitio France24.com

La región tiene alrededor de 630 millones de habitantes para vacunar.

El medio francés remarca que varios millones de ellos viven en zonas de difícil acceso, cálidas y en Estados cuyo desarrollo técnico y tecnológico es desigual y muchas veces insuficiente.

El principal problema al que se enfrentan los países es el reparto en zonas alejadas de las grandes urbes, la conservación de las vacunas y, sobre todo, el poder comprar suficientes antídotos en el mercado internacional con una visible desventaja económica respecto a las grandes potencias, que se han apresurado a captar millones de dosis para su población.

La compra a farmacéuticas supone un golpe económico mucho más duro para las economías latinoamericanas que para las de otras regiones y es por eso por lo que la mayoría de los países de la región se han alistado a la distribución propuestas por el acuerdo internacional Covax Facility, pero esa vía solo garantiza entre el 10 y el 20% de las dosis necesarias y a partir de marzo del año que viene, algo que se antoja insuficiente.

En Brasil, la vacunación se ha convertido en una disputa política, indica un corresponsal.

En medio de la disputa están Jair Bolsonaro, quien apuesta fuertemente por el suministro de la vacuna europea de AstraZeneca, enfrentado al gobernador del estado de Sao Paulo, el más afectado del gigante suramericano, que prefirió el proyecto chino de Sinovac.

México se propone aplicar 10 millones de dosis gratuitas al mes desde diciembre.

Con casi 130 millones de habitantes, es el segundo país más poblado de Latinoamérica y para ello su Gobierno ha elaborado un plan que pretende vacunar a 10 millones de personas cada mes de forma gratuita antes de diciembre de 2021.

Colombia confía en poder vacunar a principios de 2021, lo mismo que la República Argentina.

En el país cafetero se comenzará a vacunar a los grupos de riesgo, empleados del sector salud y mayores de 60 años desde el primer trimestre de 2021, algo similar a lo previsto en Buenos Aires.

El número total de personas de estos grupos asciende a los 14 millones de los casi 50 que tiene el país.

Allí, las autoridades reconocen que la mayoría de la población no se podrá vacunar hasta el 2022.

El objetivo prioritario de Perú es poder tener vacunados a los 24 millones de electores que tiene el país antes de los comicios generales previstos para el próximo 11 de abril.

Hasta el momento, Perú tiene garantizados unos 16 millones de dosis, una cifra que solo cubre la mitad del total de 32 millones de habitantes. De esos 16 millones, 9,9 millones están confirmados por medio de un contrato con la coalición germano estadounidense de Pfizer y BioNtech.

Ecuador tiene asegurados varios millones de dosis para los próximos meses, todos ellos provenientes de compañías estadounidenses y europeas.

El plan de vacunación de Chile es uno de los proyectos más ambiciosos de toda la región.

Este país ha sido de los más castigados de América Latina por la pandemia y por ello también ha sido uno en los que más se está experimentando desde diversas compañías, algo que le puede servir para recibir futuras dosis de un abanico más variado de modelos.

El programa de vacunación de Venezuela rompe la tónica del resto de sus vecinos ya que el Gobierno de Nicolás Maduro ha apostado firme y únicamente por las vacunas rusa y china.

Los proyectos de Sputnik V y Sinovac serán los principales en el país.

A pesar de que su presidente asegurase a mediados del pasado octubre que el programa de vacunación podría empezar en diciembre, finalmente se ha inclinado en que la opción "más realista" será una vacunación masiva desde abril de 2021.

Así, Venezuela empezará mucho más tarde que otros países a suministrar las dosis necesarias para frenar la pandemia.

Desde el oficialismo se ha mantenido que todos los suministros del país serán "gratuitos y seguros". Durante estos últimos meses, organismos como Human Rights Watch han asegurado que los datos que muestran un aplanamiento de la curva de contagios en el país "son falsos".

Guatemala podría tener problemas para almacenar con procesos de ultracongelación las vacunas de Moderna y Pfizer, por lo que su margen de acción se vería visiblemente reducido a tener que contar exclusivamente con proyectos que subsistan con temperaturas no tan bajas, como el de AstraZeneca o Johnson & Johnson.

Honduras por su parte, solamente ha podido firmar un convenio de 1,4 millones de dosis con AstraZeneca. Nicaragua por su parte apostará firmemente por la versión rusa de la vacuna, con el conocido modelo Sputnik V, dada su facilidad en el transporte.

Las autoridades rusas ya han considerado a Nicaragua como uno de los principales puntos de distribución para su modelo, que tiene previsto una versión deshidratada óptima para los climas tropicales donde es difícil conservar el medicamento.

El Salvador también apostará por AstraZeneca por los mismos motivos que sus vecinos: la facilidad de conservación que tiene.