El abogado del operador del servicio del teleférico del norte de Italia, que conecta el municipio de Stressa, en la región de Piamonte, con la cima del monte Mottarone, cerca de la frontera con Suiza, declaró a la prensa que la tragedia del 23 de mayo último, al precipitarse la cabina y causar la muerte de 14 ocupantes (sólo sobrevivió un niño), obedeció a que su cliente, Gabriele Tadini, desactivó el sistema de frenado con el propósito de solventar una anomalía, sin pensar que rompería un cable de tracción y causaría el accidente.

La admisión de la responsabilidad en esa "mala decisión", aunque aclarando que desconocía el riesgo real, se realizó después que el jefe de operaciones fuera detenido en la madrugada del miércoles junto con el propietario de la empresa "Ferrovie del Mottarone", que gestiona el teleférico, y otro director, ya que los tres terminaron siendo acusados de "homicidio múltiple doloso, desastre por negligencia y eliminación de herramientas para evitar accidentes de trabajo".

En realidad, los tres detenidos trasladados a la cárcel de Virbania admitieron que "el freno de emergencia no se activó voluntariamente", es decir, sabían que existía una anomalía, pero, en lugar de poner los medios para repararla, optaron por continuar la actividad por razones económicas".

Son ellos Luigi Nerini, 56, dueño de la empresa que administra el teleférico; el director del servicio, Gabriele Tadini, 63, y el ingeniero Enrico Perocchio, 51.

La fiscal de Verbania, Olimpia Bossi, había justificado el apresamiento de los tres imputados tras la reconstrucción, en virtud de que "a partir de las imágenes del teleférico vimos cómo el sistema de frenos de emergencia parecía
alterado, en el sentido de que se había manipulado (en la práctica, desactivado) la horquilla que bloqueaba los frenos.

De modo que "el cable de acero de la cabina se rompió y el sistema de frenos de emergencia no funcionó porque la horquilla que mantiene a distancia las zapatas de freno para bloquear el cable de soporte en caso de rotura estaba desactivada, "para no parar el teleférico y seguir con la actividad", según su conclusión.

Dedujo que el motivo de la maniobra fue la necesidad de evitar continuas interrupciones y bloqueos del teleférico, debido a que se habían realizado algunas intervenciones de mantenimiento, sin que se solucionaran por completo
las anomalías que presentaba el sistema y que "habrían requerido una intervención más sustancial que habría mantenido el teleférico inactivo".

Según explicó un oficial del Arma de carabineros en la RAI: "Hubo desperfectos en el teleférico, se llamó al mantenimiento, que no resolvió el problema, o solo lo resolvió parcialmente. Para evitar más interrupciones en el servicio, optaron por dejar la 'horquilla', que impide que el freno de emergencia entre en funcionamiento".

Detención domiciliaria

La confesión de Tadini transmitida por su abogado a los medios italianos tuvo como propósito mitigar las consecuencias del procedimiento penal y tramitar la detención domiciliaria.

El teleférico Stresa-Alpino-Mottarone está en la región del lago Mayor, en los Alpes y justo en la frontera entre Italia y Suiza. Al norte linda con el cantón suizo de Tesino (italoparlante) y al sur con las regiones italianas de Piamonte
y Lombardía.

El recorrido consta de dos trayectos: el primero de Stresa a Alpino y el segundo
hasta Mottarone. Una vía aérea de más de cinco kilómetros que se recorre en 40
minutos.

Tiene una diferencia de altitud de cerca de mil metros, que comienza en Stresa,
a 205 metros sobre el nivel del mar, hasta Mottarone, a 1.385 metros de altitud.
Desde esa estación hay un telesilla que lleva a los esquiadores hasta la cumbre
de la montaña, a 1.485 metros sobre el nivel del mar.

Se calcula que transporta a unas 100.000 personas cada año.

Las cabinas están diseñadas para transportar a unas 40 personas, pero en la de la tragedia iban sólo 15 por los protocolos que rigen por la pandemia y su desprendimiento se produjo cuando estaba a solo cinco metros de la llegada a la estación de la cima del monte Mottarone.

Al romperse el cable y fallar el sistema de frenado, la cabina se deslizó a más de 100 kilómetros por hora, precipitándose después en un vuelo de más de 50 metros y rodando en una zona boscosa una docena de metros.