Con el Reino Unido empeñado en reducir activamente las emisiones para lograr el objetivo general del Acuerdo de París de 2016 de eliminar por completo las emisiones de gases de efecto invernadero para mediados de siglo, algunas compañías energéticas acusaron a competidoras de estafas y trucos de marketing para hacer pasar la electricidad contaminada por combustibles fósiles como energía verde, informa BBC News.

El engaño denunciado afecta directamente a los 9 millones de hogares que pagan "tarifa ecológica", pero también a la política oficial de recuperar terreno perdido en el cumplimiento de los compromisos asumidos en la Cumbre Climática anterior.

En Downing Street 10, sede de la administración británica, el equipo de Boris Johnson está preocupado, además, por tener encima la fecha de deliberaciones del nuevo evento multinacional climático, del que será anfitrión por llevarse a cabo en Glasgow.

El contexto es de alarma mundial por el informe sobre calentamiento global presentado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), dependiente de Naciones Unidas.

Casi contra reloj, el Departamento de Negocios, Innovación y Habilidades del Reino Unido está considerando si se debería exigir a los proveedores información más clara sobre las fuentes de energía utilizadas y sobre dónde y cuándo se produjo la electricidad.

Las autoridades también piensan en regular a los intermediarios de energía, como los sitios web de comparación de precios y los servicios de cambio automático, que aún no están sujetos a las reglas del mercado minorista.

Los sitios analíticos ofrecen al consumidor comparar precios y tarifas de diferentes empresas para elegir la más rentable.

Los servicios de conmutación automática le permiten transferir todo el control sobre la selección y el pago de la electricidad al servicio.

El sistema realiza comprobaciones mensuales, confirmando que su tarifa es la más económica, de acuerdo con el reporte publicado por Sputnik News.

La secretaria para los Negocios, la Energía y el Crecimiento Limpio, Anne-Marie Trevelyan, expresó que quiere que "la gente sepa que, al comprar una tarifa verde, están invirtiendo en empresas que, a su vez, están invirtiendo deliberadamente en fuentes de energía renovables".

Se esperanzó, en ese sentido, en la transparencia de las empresas que maximizarán las nuevas medidas, por lo que todas las familias podrán así estar seguras de que están haciendo su parte en la lucha contra el cambio climático.

El hecho que salió a la superficie es que los proveedores eólicos de electricidad están especulando con tarifas verdes, mezclando energía renovable con un producto de combustible fósil.

Los productores de electricidad verde tienen derecho a comercializar los certificados emitidos al generar energía por el regulador por separado de la electricidad.

De modo que los proveedores pueden adquirir un documento de este tipo sin tener que comprar energía limpia con él.

La denuncia radica en que, al tener un certificado, las empresas suelen anunciar sus tarifas como respetuosas con el medioambiente, pero de hecho suministran al cliente energía no completamente limpia, mezclándola con energía tradicional.

Cada certificado le cuesta a la empresa entre una y dos libras esterlinas (1,39 dólares o 2,77 dólares, respectivamente) por cliente al año, lo que le da la posibilidad de vender tarifas ecológicas a un precio asequible.

El Reino Unido ahora está reduciendo activamente las emisiones para lograr el objetivo general del Acuerdo de París de 2016 de eliminar por completo las emisiones de gases de efecto invernadero para mediados de siglo.