Cerca de un millón de personas en Madrid y más de dos millones en toda España sumaron las manifestaciones convocadas por el Partido Popular español en rechazo de los pactos entre el PSOE y los independentistas que incluyen la amnistía.

En la capital española se hizo notar la presencia de Santiago Abascal y muchos dirigentes de su partido, que luego se trasladarían a Ferraz.

Los organizadores quedaron sorprendidos de la cantidad de gente reunida en las adyacencias de la Puerta del Sol. Eufóricos, estimaron en 500 mil la concurrencia, contra los 80 mil calculados por la delegación del Gobierno.

El entusiasmo reinante hizo confundir el clima de indignación con una sensación de festividad emanada de la multitudinaria convocatoria que copó el centro madrileño.

Los gritos de "Puigdemont a prisión" y los que trataban a Pedro Sánchez de traidor, se entremezclaban con el canto habitual de "España, unida, jamas será vencida", escribió en la crónica publicada en ABC,  Víctor Ruiz Salmerón.

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Predominaban las banderas de Europa que habían repartido los miembros del Partido Popular y las de la española constitucional.

"Se vende España por 7 votos", era la leyenda saliente que opacaba a los carteles preconstitucionales.

Lo que no contaban los dirigentes del PP era que la manifestación excedería tanto la capacidad de movilización del propio partido.

Vox decidió apoyar estas manifestaciones y llevar luego a las sedes del PSOE las concentraciones, presencia que se advirtió en los cánticos que se impusieron.

Pero correspondió al secretario general del PP de Madrid, Alfonso Alonso, la lectura del manifiesto único que se difundió en las 52 ciudades capitales de provincia.

El alcalde de Madrid, José Luis Martinez Almeida, lo precedió con un enérgico discurso en el que recordó a quiénes se enfrentaron al golpe separatista de 2017 en Cataluña: "Cuando nos quiera vencer la desesperanza, el enfado o la resignación recordemos a todos estos héroes. No tenemos derecho ni a rendirnos ni a resignarnos".

Luego dio paso a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien pronunció un discurso calmo en las formas pero durísimo en el contenido, en absoluta sintonía con los congregados: "El proyecto oculto de Pedro Sànchez ha dado por fin la cara. Es el totalitarismo. Decidió no perder el poder le cueste lo que le cueste a España".

La multitud bramaba contra el presidente español, más cuando Ayuso llamó a la resistencia y alertó contra la resignación: "Devolveremos golpe por golpe (…) Han olvidado que aquí está Madrid. Nos toca dar esta batalla. Piensa que nos vamos a rendir, que nos vamos a enfriar. No fallaremos y no callaremos", sentenció.

En el cierre del acto, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, agradeció la masiva presencia en Madrid y en toda España: "Sé que no acudís solo por el PP ni solo los votantes del PP. Sé que esto va mucho más allá de partidos. Esto traspasa partidos políticos. Sé que estáis aquí porque tenéis principios que no estáis dispuestos a que os lo arrebaten".

Denunció: "España va a tener a un presidente que ha comprado su investidura a cambio de la impunidad judicial de sus socios".

El presidente del PP señaló que, con uno de los apoyos más bajos de los últimos años, el independentismo encontró "un atajo" con quien "hace de sus necesidades problemas para los españoles".

Pendiente de que los ánimos en la oposición a Sánchez están muy caldeados, Feijóo aflojó la contundencia verbal e institucional e instó a "no caer en las provocaciones sino construir un gran proceso de entendimiento como hicimos en la Transición".

Vaticinó en consecuencia "unos próximos meses aciagos".