El número de casos de coronavirus preocupa en Australia y es motivo de polémica política en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, con diferentes cifras, todas indicativas de que la tragedia continúa.

Por un lado están los datos que llegan desde la nación oceánica, que reportó -para este jueves- más de 1.000 nuevos casos de Covid-19 por primera vez desde el inicio de la pandemia, ante un fuerte brote de la variante delta en Sídney, la ciudad más grande del país.

El estado de Nueva Gales del Sur, que incluye a Sídney, anunció este jueves 1.029 contagios del virus en las 24 horas previas. El brote que comenzó en la ciudad a mediados de junio alcanzó más de 15.000 contagios y se propagó a localidades pequeñas, provocando el retorno de los cierres y restricciones de viaje en el populoso sureste australiano.

Pese a los contagios crecientes, la jefa del gobierno de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, anunció un pequeño alivio de las restricciones para personas vacunadas a partir de mediados de septiembre. Más de las mitad de los 25 millones de habitantes de Australia están bajo medidas de cierre, que en el caso de Sídney están vigentes desde hace más de dos meses.

Un rebrote preocupaba también en los últimos días en otro país oceánico, Nueva Zelanda. Australia registra casi 48.000 contagios y cerca de 1.000 muertes desde el inicio de la pandemia, informa France24.com 

En Nueva York, números con color político

La recientemente designada gobernadora del estado de Nueva York Kathy Hochul aumentó en 12.000 las personas que fallecieron por Covid-19 en el estado. La cifra contrasta con la publicada por su antecesor, Andrew Cuomo, quien ya enfrentaba cuestionamientos por una presunta discordancia en los números reportados. Y en este caso es donde los datos de la pandemia se entremezclan con la realidad política del lugar.

De esta manera se confirman las dudas en torno a un presunto ocultamiento de las cifras reales de muertes a causa de la enfermedad pandémica en aquel distrito de los Estados Unidos de América. Los medios internacionales interpretan esta situación como un nuevo golpe a lo que queda del legado del ex gobernador Andrew Cuomo, quien tuvo que dimitir a causa de un escándalo por acoso sexual.

La revelación de la gobernadora sucesora cambia las cifras. La Administración del cuarto estado más poblado del mencionado país reporta ahora un total de 55.400 fallecimientos a causa de la pandemia.

Los números de Cuomo daban 43.400 hasta el pasado lunes. Pero Hochul cita los datos de certificados de defunción presentados a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), sigue el sitio del canal informativo francés. "El público merece una imagen clara y honesta de lo que está sucediendo, ya sea bueno o malo, necesitan saber la verdad. Así es como restauramos la confianza", afirmó la nueva mandataria estatal.

En los últimos meses, la prensa local venía marcando la existencia de una gran discrepancia entre las cifras que el entonces gobernador informaba al público y las que su Administración entregaba a los CDC.

La agencia estadounidense AP señaló que, entre las lagunas que explicarían el contraste de datos, está el hecho de que, en sus sesiones informativas para los medios de comunicación, el estado incluyó solo las muertes por el virus confirmadas en laboratorios y reportadas a través de un sistema estatal que recopila datos de hospitales, hogares de ancianos y centros de atención para adultos. Pero ese recuento no incluyó a los ciudadanos que murieron en sus domicilios, en albergues, cárceles u hogares estatales para personas con discapacidades.

"Hay muertes presuntas y confirmadas. La gente debería saber ambas cosas (…) Hay muchas cosas que no estaban sucediendo y voy a hacer que sucedan. La transparencia será el sello distintivo de mi Administración", sostuvo Hochul, quien, sin embargo, no ha explicado si conocía de esta situación y por qué no la habría informado previamente cuando se desempeñaba como vicegobernadora de Cuomo antes de asumir su posición actual.

Las cifras más altas ya venían siendo señaladas por funcionarios federales de salud e instituciones que rastrean las muertes de la pandemia. Durante la primavera de 2020, cuando Nueva York era el epicentro más mortífero de la pandemia en EE. UU., Cuomo surgió ante los ojos de muchos estadounidenses como un héroe en la emergencia sanitaria, por sus sesiones informativas diarias y sus declaraciones rigurosas, pero tranquilizadoras. Ganó incluso un Emmy internacional y escribió un libro sobre liderazgo en una crisis. Pero el demócrata, que una vez fue ampliamente aclamado por su liderazgo durante el brote del virus, dimitió cuando se avecinaba un juicio político en su contra. Y el Emmy le fue revocado esta semana.

Aunque el escándalo que finalmente lo obligó a renunciar se centró en las denuncias de acoso sexual contra al menos 11 mujeres, las sospechas en la falta de veracidad por las cifras de la pandemia también estaban entre las investigaciones del comité judicial de la Asamblea estatal para llevarlo a un impeachment.