A pesar de la cantidad de críticas que recibió tras la derrota de su país en la guerra de Nagorno Karabaj, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, es el vencedor de las elecciones parlamentarias. Precisamente fueron los pedidos reiterados para que el mandatario dimitiera los que obligaron a las segundas legislativas que ha habido en el país en tres años. 

Con lo que no contaba la oposición era con que Pashinian se quedara con la mayoría de los votos, como en efecto sucedió. Con todos los colegios electorales ya contados, su partido Contrato Civil obtuvo el 53,92% de los sufragios emitidos en las elecciones del domingo 20 de junio; mientras que su mayor rival, la Alianza Armenia del expresidente Robert Kocharián, se quedó atrás con un 21,04%, según la Comisión Electoral Central.

Después de conocerse los resultados, Pashinian publicó en su cuenta de Twitter que, así las cosas, su partido tendría una mayoría constitucional, con al menos 71 diputados de su lado, de los 105 que tiene el Parlamento. “El partido Contrato Civil (...) formará un gobierno bajo mi liderazgo”, agregó el actual primer ministro. 

A pesar de que el descontento todavía no se disipa totalmente, ante los resultados, Pashinian aseguró que la crisis política ya terminó y pidió la reconciliación. “Insto a todos los participantes en el proceso político en Armenia a comenzar desde algo simple: poner fin a la acritud. Estamos abriendo una nueva página en la historia de Armenia... y debemos comenzar desde la unificación”, indicó el primer ministro durante un mitin de sus partidarios este lunes en Ereván, la capital. 

Algunos expertos, en cambio, interpretan la victoria del primer ministro como la expresión de la voluntad de los armenios para no volver a quedar en manos de quienes gobernaron antes que él. 

“Esto es tanto un respaldo a Pashinian, sino más un rechazo de los armenios a volver al antiguo régimen autoritario del pasado”, señaló a la agencia AP Richard Giragosian, director del Centro de Estudios Regionales con sede en Ereván.