Un estudio de la Universidad de Columbia señala que el billonario paquete de ayudas entregado a millones de ciudadanos de los Estados Unidos no evitó que la tasa de pobreza subiera del 15% en mayo al 16,7% en septiembre.

Suman ocho millones las personas que cayeron en la pobreza desde que se inició la pandemia.

El desempleo, la falta de vivienda y la inseguridad alimentaria como resultado de la recesión económica habrían hecho que el número de estadounidenses en situación de pobreza pasara de 47 millones en mayo a 55 millones en septiembre.

Como porcentaje de la población total, que antes de la pandemia era del 15%, la cifra de pobres pasó al 14,3% en mayo, pero repuntó en septiembre al 16,7%, según los cálculos del Centro de Pobreza y Políticas Sociales de la universidad neoyorquina.

"Los incrementos de los índices de pobreza han sido especialmente agudos para los negros y los hispanos, así como para los niños", explica el informe, que muestra cómo el rápido descenso de los niveles de pobreza en marzo, cuando comenzaron las ayudas por la pandemia, ha ido desapareciendo progresivamente.

Una de las consecuencias inmediatas de la pandemia, no solo en los Estados Unidos sino en el mundo, fue el cierre de empresas que a su vez generó la pérdida de empleos, un flagelo que, pese a la reapertura económica, este país no ha logrado superar.

En la semana terminada el 10 de octubre, el número de estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de beneficios por desempleo aumentó a un máximo de dos meses hasta cerca de 900.000.

Las reclamaciones de las últimas semanas se mantienen muy por encima de su pico de 665.000 durante la Gran Recesión entre 2007 y 2009, aunque por debajo del récord histórico de 6,8 millones en marzo.

El informe del Departamento de Trabajo, el dato más oportuno sobre la salud de la economía, también mostró que al menos 25 millones se encontraban recibiendo prestaciones por desempleo a finales de septiembre.

Aproximadamente 3,8 millones de personas habían perdido definitivamente su empleo hasta septiembre, mientras que otros 2,4 millones han estado en casa durante más de seis meses.

Los economistas temen que esas cifras puedan aumentar, según advierte un informe de France24.com