Ya en Medio Oriente, el enviado del presidente Joe Biden a un territorio que quedó en pausa de bombardeos, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, anunció en conferencia de prensa en Ramala, sede nominal de la Autoridad Palestina, en Cisjordania ocupada la reapertura de un consulado en Jerusalén para los palestinos.

El eje de su misión ha sido reafirmar el compromiso de la Casa Blanca con la creación de dos Estados, uno judío y otro árabe, lado a lado, con Jerusalén como capital dividida, propuesta que en su momento hasta el mismo Benjamín Netanyahu había aceptado.

En esta oportunidad, el enviado de la Casa Blanca aseguró que queda mucho trabajo para "restaurar la confianza entre israelíes y palestinos, a los que les prometió US$75 millones para aplicar a su desarrollo económico, luego de los violentos enfrentamientos entre Hamás e Israel durante 11 días.

Y además el desembolso de US$5,5 millones en ayuda de emergencia para la Franja de Gaza aparte de aportar US$32 millones a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

La estrategia de EEUU, según dijo Blinken en Twitter, consiste en un compromiso basado en "una intensa acción diplomática para que acaben las hostilidades y se reduzcan las tensiones", añadió.

Pero en las calles de la Franja de Gaza lejos se está de reflejar el cese del fuego acordado por Israel y el movimiento palestino Hamas y así, mientras el emisario de EEUU se encontraba con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y con el líder palestino Mahmud Abas, se sucedían "las imágenes más sorprendentes de todas", como la "violencia comunitaria dentro de Israel", según sostuvo Natan Sachs, director del Center for Middle East Policy del Brookings Institute, un centro de estudios con sede en Washington.

Escribió en su blog a propósito del conflicto que "amenaza con romper las costuras del delicado e incómodo equilibrio entre la mayoría judía de Israel y el 21% de los ciudadanos israelíes que también son palestinos".

"Ciudades mixtas judío-árabes a las que se suponía eran ejemplos de coexistencia, como Acre, Ramla, Jaffa y Lod, estallaron en una orgía de violencia y vandalismo", describió Shlomo Ben-Ami, historiador y exministro de Exteriores de Israel.

EEUU llevó a los palestinos acciones diplomáticas, pero la violencia comunitaria es por la segregación
Convivencia pacífica

Es que durante las más de siete décadas de existencia del Estado de Israel se había desarrollado una forma de convivencia pacífica entre la minoría árabe y la mayoría judía que no negaba el conflicto israelopalestino ni la percepción de discriminación denunciada por los árabes, pero que canalizaba el malestar por vías distintas a la violencia.

De acuerdo con el Índice de Democracia en Israel 2020, 81% de los encuestados árabes considera que los miembros de esa comunidad desean integrarse en el país y ser parte de esa sociedad.

Sin embargo, solamente 35% cree que el régimen en Israel es democrático en su trato hacia los ciudadanos árabes, una caída de 10 puntos porcentuales desde 2017.

En los últimos años, ha habido algunas medidas tomadas por el Estado de Israel que han aumentado la sensación de agravio entre la minoría árabe.

A pesar de que el enfrentamiento bélico culminó el pasado viernes por la madrugada, la tensión en Cisjordania y Jerusalén Este aún no se ha disipado, y en los últimos días se siguieron registrando protestas e incidentes aislados, incluyendo en la Explanada de las Mezquitas.

EEUU ha dado muestras de su intención de pacificar, pero su apoyo político y económico al Estado israelí en la práctica condena a los palestinos a estar sometidos a los designios del poderoso Estado en el cual conviven.

En declaraciones hechas al portal estadounidense Truthout, uno de los analistas más famosos del conflicto palestino-israelí y la política del Asia Occidental en general, de origen judío, Noam Chomsky, puso énfasis en denunciar que, en realidad, en el marco de “una ley racista”, el régimen de Tel Aviv está desalojando más que nunca a las familias palestinas de sus hogares, donde habían vivido durante muchas generaciones.

Este nonagenario profesor emérito de lingüística en la Universidad de Arizona y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, reafirmó que los israelíes tienen como objetivo de largo plazo expulsar a todos los palestinos de su tierra natal a fin de reemplazarlos por residentes judíos como “legítimos dueños de la tierra” que regresarían después de miles de años de exilio.

Advirtió el reconocido politólogo estadounidense, en una entrevista que reproduce el sitio Gracus Babeuf, dirigido por Norberto Vilar, que "las políticas sionistas son oportunistas, es decir, cuando es posible, Israel adopta estrategias de terror y expulsión y, cuando las circunstancias no lo permiten, utiliza medios más suaves, como construir una cerca”.

Según Chomsky, en el nivel internacional, gracias al apoyo incondicional de Estados Unidos, el régimen ocupante de Israel es libre de seguir políticas expansionistas para crear un “Israel más grande”, lo que, a su juicio, es una forma de excluir por completo a la población palestina.

Asistencia militar de EEUU

La ayuda de EEUU a Israel, como parte de un compromiso anual a largo plazo asumido bajo el gobierno de Barack Obama, el cual contempla un paquete total de US$38.000 millones para la década 2017-2028, en 2020 alcanzó los US$3.800 millones, casi todos destinados a asistencia militar: US$500 millones para defensa antimisiles, lo que incluyó inversiones en el Domo de Hierro israelí y otros sistemas que pueden interceptar cohetes entrantes.

Desde 2011, Estados Unidos contribuyó con un total de US$1.600 millones al sistema de defensa del Domo de Hierro.

Israel adquirió 50 aviones de combate F-35, que pueden usarse para ataques con misiles, de los que hasta ahora se entregaron 27, con un costo de alrededor de US$100 millones cada uno.

El año pasado, también compró ocho aviones KC-46A Boeing Pegasus por un estimado de US$2.400 millones. Estos son capaces de repostar aviones como el F-35 en el aire.

Además de esto, el año pasado Estados Unidos donó US$5 millones para reasentar migrantes en Israel, que tiene la política de aceptar a judíos de otras partes del mundo como ciudadanos.

En otra parte de la entrevista, Chomsky aludió a la ocupación de los altos del Golán por el régimen de Tel Aviv y consideró este acto de “uno de los peores crímenes contemporáneos” cometidos hasta la fecha.

De igual modo, se refirió al papel mediador del expresidente de EEUU, Donald Trump, en la normalización de relaciones entre algunos países árabes, entre ellos Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Arabia Saudí, con Israel, para asegurar que estos nuevos nexos redujeron la moderación, si bien limitada, de los países árabes ante la violencia y el expansionismo israelíes.