Representantes de Estados Unidos, América Latina y la Unión Europea iniciaron el martes en la capital de Colombia una cumbre con el objetivo de revitalizar los esfuerzos para encontrar una salida democrática a la crisis de Venezuela y reactivar el diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición.

La reunión convocada por el presidente colombiano Gustavo Petro y apoyada por Estados Unidos, busca crear condiciones para que reactive en México los diálogos entre Maduro y la oposición, que tienen como tema principal la realización de elecciones libres a cambio del posible levantamiento paulatino de las sanciones de Washington a Caracas.

Entre los diecinueve países participantes se encuentran Argentina, Brasil, Canadá, Francia, Italia, México, Noruega, Reino Unido, además del Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea.

"En el caso venezolano creo que tenemos que andar sobre dos rieles al mismo tiempo, establecer el cronograma de las elecciones y sus garantías, que el pueblo venezolano puede decidir libre y soberanamente qué quiere, sin presiones, también el otro riel del levantamiento de sanciones", dijo Petro en la apertura de la conferencia.

El mandatario colombiano se reunió el fin se semana con la Plataforma Unitaria Democrática de Venezuela, que representa parte de la oposición del país petrolero. Ni el Gobierno venezolano ni la oposición participan directamente en la cumbre.

El líder opositor venezolano Juan Guaidó, quien pretendía participar en el encuentro, salió el lunes en la noche de Bogotá con destino a Estados Unidos y denunció que el Gobierno de Colombia lo sacó del país, pero que continuará luchando por la libertad de la nación petrolera.

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Dudas de la oposición

Los diálogos en México, suspendidos casi de inmediato en 2021 por el Gobierno hasta una segunda ronda a fines del 2022, buscan llegar a un acuerdo para realizar elecciones generales libres como lo piden los opositores.

La oposición alega que el control del Gobierno de Maduro sobre los órganos electorales impide la transparencia de cualquier elección. También exige la liberación de presos políticos.

El Gobierno y la oposición firmaron el año pasado un acuerdo para crear un fondo de 3.200 millones de dólares administrado por Naciones Unidas con recursos venezolanos congelados en el sistema financiero internacional, para usarlos en planes humanitarios.

La construcción del fondo y otras demoras en financiación asociados a cambios en el liderazgo de la oposición causó malestar con los procesos burocráticos estadounidenses y también en Maduro, quien ha criticado el incumplimiento del acuerdo y condicionó el lunes el restablecimiento del diálogo al levantamiento de todas las sanciones a su país.

"Si podemos salir con un camino claro que apoye unas elecciones libres y justas y reafirme la determinación de la comunidad internacional de ayudar a abordar la situación humanitaria en Venezuela, entonces estaremos avanzando en una dirección positiva", declaró un alto funcionario de la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Algunos integrantes de la oposición venezolana cuestionaron la neutralidad de Petro y aseguraron que es cercano a Maduro, por lo que anticiparon el fracaso del encuentro.

Petro, quien asumió su cargo hace más de ocho meses, restableció relaciones diplomáticas con Venezuela y desde entonces promueve la reanudación de los diálogos y el levantamiento de las sanciones.

Colombia se convirtió en el principal destino para millones de venezolanos que salieron de su país huyendo de la crisis política, económica y social. Actualmente más de 2,4 millones de venezolanos residen en Colombia que les entregó un estatuto de protección temporal por 10 años.

(Reporte de Luis Jaime Acosta, reporte adicional de Matt Spetalnick en Washington, Reuters)