Las tropas estadounidenses entregaron este viernes la base aérea de Bagram a las Fuerzas Armadas Afganas; Bagram, situada a 70 km al norte de Kabul

Fue un relevo sin pompa. No hay mayor símbolo de quien se va del país sin haber cumplido las altas expectativas que generó la promesa del expresidente Bush de vencer la "guerra al terror".

La indignación, puso antes de Guantámano a Bagram. Poco después de irrumpir en Afganistán para descabezar su Gobierno, alegando que daba cobijo al cerebro de los atentados del 11S, EEUU se estableció en este aeródromo que habían creado las tropas de la URSS durante sus años en suelo afgano, y que por aquel entonces estaba en desuso. Su prisión adjunta alojó a cientos de individuos, que fueron procesados sin garantías y torturados con impunidad.

La prisión de Bagram fue un "crisol de inocentes y culpables" de toda la región. Tras el 11S, miles de no afganos fueron detenidos. Muchos de ellos eran totalmente inocentes. Aunque EEUU entregó a las autoridades afganas este centro en 2014, las críticas por las pobres condiciones de vida y el tratamiento a los prisioneros en el recinto, hoy denominado Parwan, no han cesado. 

Quedan pocas semanas para el vigésimo aniversario del atentado de las Torres Gemelas, el 11S, la fecha elegida por el líder norteamericano Joe Biden para completar la retirada de sus soldados de Afganistán, casi se completa la retirada del contingente de 2.500-3.500 efectivos de EEUU que quedaban en el país. 

El Ministerio de Defensa afgano, prometió en un comunicado "proteger la base y usarla para combatir el terrorismo".

Algunos asesores de la Inteligencia en Washington calculan que el Gobierno afgano puede perder el control frente a sus rivales en apenas seis meses tras el adiós de EEUU. Tamaña previsión ha hecho saltar las alarmas entre muchos funcionarios y ha traído acalorados debates acerca de cómo se ha podido llegar a este escenario después de años de inversiones millonarias de la comunidad internacional, con la promesa de que la prosperidad traería paz. 

Entre quienes más están celebrando el repliegue de Bagram están, de hecho, los talibanes. "Aplaudimos la salida de las fuerzas extranjeras de la base aérea de Bagram. La ocupación trajo destrucción y derramamiento de sangre a nuestro pueblo y al país y nos privó de nuestra independencia", aseguró un portavoz talibán.