El candidato republicano Glenn Youngkin vencía por 97.612 votos al demócrata Terry McAuliffe (D), con un estimado del 95 por ciento de los votos contados, lo que significa un duro revés para Joe Biden en los primeros comicios desde que asumió como presidente. 

La contienda por la gobernación, una de las dos de este tipo, junto con la de Nueva Jersey, que se llevan a cabo en noviembre, resultó ser una gran batalla cuerpo a cuerpo, en la que se impuso el multimillonario republicano, quien nunca había ocupado un cargo público y aprovechó su fortuna personal para financiar la campaña.

McAuliffe pretendía convertirse en el segundo gobernador desde la Guerra Civil en cumplir dos mandatos consecutivos, pero su rival le descontó los 10 puntos que en la presidencial había sacado un año antes Biden en su confrontación con el entonces mandatario Donald Trump, quien iba por la reelección.

El concurso fue la primera prueba importante para el partido desde la elección pasada y una posible vista previa de lo que vendrá en los comicios de medio término del próximo año.

La identidad política de Virginia estaba en juego en las elecciones del 2 de noviembre, con las carreras para gobernador, vicegobernador y fiscal general, así como los 100 escaños en la Cámara de Delegados en la boleta.

Los demócratas esperaban conservar las tres oficinas estatales y el control de la Cámara, y aspiraban a solidificar el estatus de Virginia como un estado azul a fin de continuar avanzando en su agenda.

La competencia electoral en Virginia del año siguiente a las presidenciales a menudo se considera un indicador del estado de ánimo político nacional.

Primer approach político

La carrera de este año atrajo el interés de los observadores políticos de todo el país en vistas de que ambos partidos se aprestan para enfrentarse en una especie de gran revancha que planteó Trump, al no aceptar la derrota ante Biden.

Más de 1,1 millones de virginianos emitieron votos anticipados bajo las reglas de ampliación impulsadas por los demócratas en la legislatura estatal.

Los republicanos, que perdieron el control de la legislatura estatal y tres escaños del Congreso durante el mandato del presidente Donald Trump, se jugaban el todo por el todo ante los demócratas, que controlan ambas cámaras de la legislatura estatal, tanto los escaños del Senado de Estados Unidos como la mayoría de la delegación del Congreso.

Youngkin intentó, de todos los modos posibles, de despegarse de una supuesta tutela de Trump, por más que éste lo apoyó y se le pegó para acreditarse un eventual triunfo si se imponía en Virginia.

McAuliffe trató de aprovecharlo y llamó a Youngkin "Donald Trump en pantalones de color caqui o suéteres", en su propio mitin en una cervecería de Richmond el lunes. "Está usando a sus hijos como peones en su campaña", dijo.

En tanto, en Nueva Jersey, el republicano Jack Ciatterelli tomó una ventaja temprana sobre el gobernador Phil Murphy, quien está tratando de convertirse en el primer mandatario demócrata reelegido en Garden State en más de 40 años.