A pocos días de que se cumpla un año del estallido del 18 de octubre, que hizo tambalear las estructuras económicas y sociales del modelo chileno, muchos de sus símbolos han sido "limpiados", borrados o puestos bajo custodia durante el aislamiento que impuso el coronavirus.

Mientras tanto y por separado de ese operativo de limpieza, organismos defensores de Derechos Humanos denuncian que en Chile también se aprovechó la pandemia para tomar medidas legislativas contra los manifestantes.

El Gobierno chileno aprovechó los meses de pandemia para recuperar en Santiago la simbólica Plaza Italia -rebautizada como Plaza Dignidad por los manifestantes- y con ello borrar allí muchas de las expresiones artísticas del estallido social.

El monumento a Manuel Baquedano, en el centro de la plaza, luce ahora recién pintado y es vigilado por la policía las 24 horas.

En la zona de las protestas, muchos de los muros que una vez estuvieron llenos de grafitis y consignas ahora se ven tapados bajo varias manos de pintura gris, reporta el sitio informativo del canal France24.com

En algunos casos, como en la zona del emblemático Centro Cultural Gabriela Mistral, los muros de la revuelta fueron reemplazados por una obra sin ningún contenido político, lo que para muchos representa una forma encubierta de censura.

Caiozzama, uno de los artistas callejeros más reconocidos y activos durante el estallido, salió tras varios meses de cuarentena para darse cuenta que muchas de sus obras -que mezclan en muchos casos iconografía religiosa con mensajes sociales o revolucionarios- habían sido borradas durante el tiempo de encierro.

"En un principio pintaron todo gris, pero como la gente volvió a poner todo (graffitis, pegatinas, obras, consignas), buscando formas alternativas de censura, censuraron con otra obra (encima)", narra el artista sobre el actuar del Gobierno que realizó una inversión importante en limpiar los muros, lo que en su momento valió una significativa crítica por parte de la opinión pública que cuestionó sus prioridades durante la gestión de la pandemia.

En Chile el arte callejero fue censurado