Patrullas combinadas de soldados y policías fueron desplegadas por la capital de El Salvador tras una oleada de asesinatos que dejó una treintena de muertos en dos días.

Víctima de la violencia de pandillas callejeras, El Salvador ya había visto descender la tasa de homicidios desde mediados de 2010, cuando 15 o 20 asesinatos al día eran rutinarios.

El país venía registrando alrededor de 3 homicidios diarios durante 2021. De acuerdo con cifras policiales, entre enero y junio se perpetraron 660 homicidios, es decir un 10,7 % superior a los 596 registrados en el mismo lapso del año pasado. Lo que la Presidencia reconoció en un comunicado como una "escalada de violencia homicida".

El presidente Nayib Bukele aseguró que con este despliegue se "ha contenido" el alza de homicidios, y agregó que los operativos continuarán hasta volver a la relativa estabilidad en la que se encontraba el país.