En una misión arqueológica llevada a cabo por egipcios y franceses se descubrió un templo y tesoros de hace 2.500 años hundidos frente a la costa de Egipto.

El templo, que data del siglo V A.C., estaba dedicado a los dioses Amón y Afrodita, en la ciudad sumergida de Thonis-Heraclion, cerca de Alejandría.

Según confirmó el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mostafa Waziri, en la misión también fueron descubiertos objetos “arqueológicos de bronce y cerámica importados de Grecia, además de restos de edificios apoyados con vigas de madera que datan del siglo V A.C.”.

El equipo que realizó el sorprendente descubrimiento estaba dirigido por Franck Goddio, con la colaboración del Departamento de Arqueología Subacuática del Ministerio egipcio de Turismo y Antigüedades.

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Entre los objetos descubiertos habían grandes bloques de piedra que se derrumbaron por un cataclismo ubicado temporalmente a mediados del siglo II A.C. Estos pertenecían al templo que hicieron para el dios Amón. Allí, los faraones obtenían los títulos de su poder como “reyes universales”.

Los exploradores también desenterraron tesoros y objetos antiguos, como trozos de plata, joyas de oro y recipientes que usaban para guardar perfumes y ungüentos, además de vigas de madera que sostenían estructuras bien conservadas pese a estar bajo el agua.

Thonis-Heraclion está a 7 kilómetros de la costa egipcia y llegó a ser el principal puerto de Egipto en el mediterráneo antes de que quedara sumergida por culpa de la elevación del mar, terremotos y maremotos.