Estados Unidos desplegó distintos portadores de armas estratégicas, incluidos grupos de ataque de portaviones, en el mar de China Meridional.

La intensidad de esta presencia militar y las maniobras que pretendían disuadir a China de sus avances en el Pacífico no tuvieron precedente todo el año pasado.

En el Global Times se informó que el despliegue estadounidense fue extraordinario en términos de escala, número y duración de las actividades, consideran en el laboratorio de ideas South China Sea Strategic Situation Probing Initiative, con sede en Pekín.

El Pentágono envió en cerca de mil ocasiones a las costas chinas varios tipos de aviones espía, incluidos los de patrulla antisubmarina P-8A y los aviones de reconocimiento electrónico EP-3E.  

Hubo también nueve acciones militares de EE.UU. calificadas de "invasión de islas o arrecifes" en el mar de la China Meridional, el número más alto en los últimos años en términos de frecuencia e intensidad.

Desde el laboratorio de ideas señalaron que Biden no cambiará el rumbo de la competencia estratégica contra China, ni en el sentido político ni en el militar. Esto significa que se mantendría la tendencia al aumento de tensiones entre los dos países en el Pacífico Occidental y que los buques estadounidenses continuarán sus incursiones.