El secretario general de la ONU, António Guterres, reconoció que se siente "decepcionado" y recordó que "cortar las ayudas es una sentencia de muerte", en referencia a una campaña en favor de Yemen, castigado por una hambruna producto de la guerra. 

La Organización de las Naciones Unidas hiczo público el dinero recaudado en ayuda humanitaria para Yemen, un país que lleva seis años en guerra. Son 1.700 millones de dólares y esa suma representa menos de la mitad de lo que originalmente se había planteado recaudar la organización, destacan este martes los medios informativos del mundo. 

"Para la mayoría de la gente, la vida en Yemen es insoportable. La infancia en Yemen es una especie de infierno. Los niños yemeníes se están muriendo de hambre", recordó António Guterres y agregó que se sentía "decepcionado". 

Según las cifras de la organización internacional, unos 16 millones de yemeníes sufren hambre, de los cuales cinco millones están al borde de la hambruna. Unos 400.000 niños menores de cinco años sufren malnutrición severa. La cifra recaudada este año es inferior que en los dos años anteriores, aunque en esa ocasión la ONU logró destinar largos fondos a evitar el hambre en el país.

Esta vez, las Naciones Unidas dudan poder prevenir la "hambruna a gran escala", alerta el sitio France24.com

Incluso se publica un listado de las naciones que más colaboraron: Arabia Saudita es el país que más dinero donó, con 430 millones de dólares; Alemania, 240 millones; Emiratos Árabes Unidos 230 millones y los Estados Unidos, 191 millones.

Pero en comparación, el gasto militar de los Estados Unidos en 2019, en cifras del Banco Mundial, fue de más de 730 billones de dólares, y el de Arabia Saudita de casi 62.000 millones. 

Las reacciones no tardaron en llegar. Guterres no fue el único en mostrarse "decepcionado" ya que la ONG Consejo Noruego de Refugiados, que tiene presencia en Yemen, recordó que la falta de fondos significa "recortes masivos" en cosas tan básicas como agua, comida, refugio o asistencia médica. 

"Estoy profundamente decepcionado de que, después de todas nuestras advertencias, los líderes mundiales prometieron hoy menos de la mitad de los 4.000 millones de dólares que los yemeníes necesitan tan desesperadamente", aseguró el secretario general de la ONG, Jan Egeland. 

Recientemente, Médicos Sin Fronteras también había alertado sobre la situación que se vive en el país árabe. Los trabajadores de un hospital en el noroeste del país, por ejemplo, denunciaron un "aumento de casos en comparación con el año anterior en las admisiones" por falta de alimentos.

"Hay niños muriéndose por malnutrición", afirmó la jefa de la misión de la organización en el país, Muriel Boursier. Es que Yemen padece la mayor catástrofe humanitaria del mundo.

La guerra estalló a finales de 2014. Desde entonces, aquel país está sumido en un conflicto que, en gran parte, es un escenario para las disputas entre Arabia Saudita e Irán por el control de la región.

El conflicto se inició cuando grupos de rebeldes hutíes, un movimiento chií apoyado por Irán, conquistaron la capital del país y amplias zonas del oeste y del norte del territorio, bajo el argumento de que luchan contra un sistema corrupto.

Posteriormente, en 2015 entró en juego una coalición militar liderada por Arabia Saudita para combatir estos grupos rebeldes. Esta guerra es considerada por la ONU como la mayor catástrofe humanitaria del planeta, que con la pandemia solo ha recrudecido.

Así, más de 24 millones de personas, lo que supone el 80% de la población yemení, necesitan algún tipo de ayuda externa para subsistir. Los diálogos de paz están estancados, aunque la Administración de Joe Biden ha asegurado que avanzar hacia la paz en Yemen es una de las prioridades.