Cientos de personas continuaban el sábado protestando en demanda de un adelanto de las elecciones en Perú a la nueva presidenta Dina Boluarte, que alista la conformación de su gabinete de ministros tras el abrupto cambio de poder en el país.

Boluarte, en un mensaje por Twitter, dijo que la policía le informó que un choque la noche del viernes entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad dejó ocho personas heridas, entre ellos cuatro policías, además de siete detenidos.

"El respeto, el diálogo y la tolerancia son imprescindibles en democracia", afirmó la mandataria que asumió el miércoles el poder tras la destitución del izquierdista Pedro Castillo que intentó disolver el Congreso dominado por la oposición.

Boluarte, de 60 años, se convirtió en la primera mujer que asume la presidencia de Perú para cumplir el actual mandato gubernamental hasta julio del 2026.

Imágenes de televisión local mostraron manifestaciones en algunas ciudades del interior del país y un bloqueo en un tramo de la principal carretera de la costa peruana, a 300 kilómetros al sur de Lima, impedía el tráfico a decenas de vehículos.

Algunas agencias de transporte informaron que restringieron sus servicios para proteger a los pasajeros.

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El principal reto de la nueva administración será calmar la turbulencia política que envuelve al país, ahora con pedidos en medio de protesta de unas elecciones anticipadas y una asamblea para redactar una nueva Constitución.

En las protestas de simpatizantes del expresidente en el interior del país y en Lima, que la policía dispersó con gases lacrimógenos, los manifestantes piden también el cierre del Congreso y la liberación de Castillo.

La presidenta Boluarte se mostró el viernes dispuesta a evaluar con las fuerzas políticas un adelanto de las elecciones, pero dijo que ahora no es el momento de promover una asamblea para cambiar la Constitución de 1993 favorable a una economía de libre mercado y la inversión privada.

Decenas de simpatizantes de Castillo permanecían apostados desde hace tres días en las afueras de una prisión policial en un distrito limeño donde está detenido, reclamando su liberación.

En la prisión, donde también está recluido el expresidente Alberto Fujimori, Castillo enfrenta una investigación fiscal por presunta "rebelión y conspiración".

El sorpresivo cambio de mando en Perú no ha surtido al menos hasta ahora efectos negativos en los mercados y analistas afirman que las instituciones económicas y financieras de Perú continúan resilientes a la volatilidad política.

(Reporte de Marco Aquino. Editado por Luis Jaime Acosta, Reuters)