La jueza estadounidense Elena Kagan declaró en el fallo que los inmigrantes que habían ingresado en el país sin permiso y bajo el Estatus de Protección Temporal -que los protege de la deportación y les permite encontrar trabajo- no serán elegibles para las denominadas tarjetas verdes para poder convertirse en residentes permanentes del país.

El fallo se desprende del caso de una pareja salvadoreña que llegó al país ilegalmente en 1997 y 1998 y solicitó la tarjeta de residencia en 2001, tras una serie de terremotos en su país natal. Hasta la fecha, los salvadoreños, llamados José Santos Sánchez y Sonia González, son padres de cuatro hijos —uno de ellos, residente estadounidense por nacimiento— y aun así corren el riesgo de ser deportados.

Sin embargo, no son los únicos: en EEUU, residen unas 400.000 personas de 12 países -entre ellos Honduras, Nicaragua y Venezuela- bajo este estatus que protege a los residentes de países afectados por conflictos armados o desastres naturales. Mientras que 85.000 de ellos lograron ajustar el estatus, el resto podría ser expulsado del país.

Cabe señalar que la decisión de la corte no se aplica a los inmigrantes que llegaron a EEUU de manera legal y se quedaron en el país por más tiempo que el permitido por su visado.