Los líderes del Grupo de los Siete (G7) comenzaron este domingo su cumbre anual de tres días en Schloss Elmau, en los Alpes bávaros del sur de Alemania, en medio de expectativas más bajas y protestas, encuentro al que fue invitado el presidente argentino Alberto Fernández.

La cumbre se centrará en las consecuencias de la invasión de Rusia y Ucrania y el clima, entre otros temas. El país anfitrión del encuentro moderó las expectativas.

La posibilidad de aprobar mayores sanciones contra Rusia, dominará las discusiones en la cumbre de los principales países industrializados del mundo, ya que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que el G7 impondría una prohibición a las importaciones de oro ruso.

Una fuente del Gobierno federal alemán indicó el sábado por la noche que se discutirán los topes de precios del petróleo ruso, una medida que prevé obligar a Rusia a vender petróleo a grandes  compradores, como India, a un precio significativamente más bajo en el futuro. Los países del G7 están discutiendo intensamente la cuestión y están "en camino de encontrar un acuerdo".

La fuente dijo que habrá una declaración sobre la invasión de Rusia a Ucrania por parte de los líderes del G7. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pronunciará un discurso por video durante la cumbre.

Los líderes también abordarán la crisis alimentaria e intentarán buscar formas de desbloquear las exportaciones de cereales de Ucrania a través del Mar Negro y hacer promesas financieras para ayudar a los países más afectados por la crisis.

De acuerdo con las prioridades políticas definidas por el país anfitrión, Alemania, los líderes del G7 también abordarán cuestiones como el cambio climático mediante el establecimiento de un "club climático" propuesto por el canciller federal alemán, Olaf Scholz.

Además de los líderes de Alemania, Estados Unidos, Japón, Canadá, Reino Unido, Italia, Francia y la Unión Europea, los líderes de India, Indonesia, Sudáfrica, Senegal y Argentina han sido invitados a participar en la cumbre.

Se espera que el bloque occidental aproveche la cumbre del G7 para tratar de persuadir a los países en desarrollo para que se unan a sus sanciones contra Rusia, dijeron expertos.

Sin embargo, la nación anfitriona, Alemania, trató de moderar las expectativas sobre esta cumbre. En su podcast semanal emitido el sábado, Scholz dijo que aunque Elmau, el sitio de la cumbre, "se encuentra en las montañas, naturalmente no moveremos montañas allí".

El sábado, unas 4.000 personas marcharon en Múnich contra la cumbre del G7, y algunos grupos de protesta acusaron a los principales países occidentales de desencadenar el conflicto entre Rusia y Ucrania y de hacer que todo el mundo sufra las consecuencias del conflicto, incluida la crisis alimentaria.

Los manifestantes instalaron tiendas de campaña en Garmisch-Partenkirchen, la sede del distrito del lugar del evento, y los organizadores esperan que más de 1.000 manifestantes participen en la manifestación del lunes.

Fuente: Xinhua.