Las manifestaciones de protesta social en Colombia dejaron un saldo de al menos 129 personas desaparecidas, de acuerdo con cifras de la Fiscalía General de la Nación, informa la prensa internacional.

"Vivos se los llevaron, vivos los queremos", gritan en las calles, tras un mes de paro nacional.

Una consigna recorre las manifestaciones que suceden hace un mes en Colombia: “Si te detienen, grita tu nombre y tu número de cédula”. 

La Fiscalía General de la Nación comunicó en un video oficial aseguró que había localizado a 290 personas que habían sido reportadas inicialmente como desaparecidas.

Eso implica que, durante más de tres semanas de protestas, la Fiscalía recogió un total de 419 denuncias de este tipo.

La cifra varía según algunas organizaciones de derechos humanos, dice France24.com que realizó un relevamiento en el país cafetero.

El Observatorio de Derechos Humanos de la Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEEU), registra 168 desaparecidos.

La campaña Defender la Libertad, que agrupa varias entidades, reporta hasta 346 personas “presuntamente desaparecidas”.

“La sensación que prima es la de la incertidumbre que se asocia a las emociones de angustia, miedo, pero también la esperanza de que van a volver”, explica Angélica, una joven voluntaria que acompaña a las madres de algunas de las personas que siguen desaparecidas. También habla de “rabia” y “frustración”: “Siempre es una montaña rusa de todas estas emociones con la sensación de ver a los desaparecidos en las fotos de las marchas, en las calles, en todos lados”.

Y es que, durante el último mes, las denuncias de desapariciones se acumulan día tras día, hasta ser centenares: “Nuestros canales están desbordados”, reconoce Alberto Yepes, del Observatorio del CCEEU. Una frase que repiten todas las organizaciones de derechos humanos consultadas por este medio. 

“Las denuncias de desaparición están creciendo y siendo muy dispares por el gran temor que existe de que la policía te violente”, asegura Alejandro Lanz, codirector de la ONG Temblores.

Según Lanz, muchas denuncias se dan cuando la policía detiene a alguien y lo traslada a algún centro de detención porque ahí “es cuando se producen más hechos de violencia física y sexual”.

Además, confirma que “la Policía está impidiendo que la persona tenga derecho a un debido proceso” y se contacte con sus familiares o allegados. Ese factor contribuye a que los arrestados sean denunciados como desaparecidos, al no tener acceso a la información de su paradero.

Yepes corrobora la misma práctica, que tacha de “sistemática”, de “detener a las personas y negárse a suministrar información tanto a las autoridades como a los familiares”.

Natalia, una integrante del grupo de derechos humanos Esquema Feminista, denuncia también una “tendencia hacia el perfilamiento” de las personas que llevan varios días manifestándose en los mismos puntos de las ciudades colombianas y que además son “personas activas” que tienen visibilidad dentro de las movilizaciones. Esas personas son las que “desaparecen en las manifestaciones cuando son llevadas” a los centros de detención, asegura.

Natalia, que trabaja en Bogotá, lo denuncia: “Algunas de las personas que desaparecen en los desplazamientos aparecen horas o días más tarde, golpeadas”. Lo mismo explica Darnelly Rodríguez, coordinadora regional de la Red de Derechos Humanos Francisco Isaías Cifuentes, quien relata que, de las 54 personas que localizaron en Cali y en los municipios aledaños, 24 habían sido violentadas, presuntamente por agentes de la fuerza pública. 

“Hay gente desaparecida desde el 28 de abril”, recuerda Darnellys.

Alejandro Lanz, de Temblores, considera que “no es posible afirmar que hay desaparición forzada por parte de la Policía” con la información que tienen disponible. Sin embargo, subraya que vulnerar el derecho de comunicarse a las personas detenidas de las movilizaciones “es un indicio” y “puede representar un riesgo de desaparición forzada”.

En Colombia, el conflicto armado dejó más de 120.000 personas desaparecidas según la UBPD, muchas de las cuales siguen sin localizarse. Aquella cifra es mucho mayor que las desapariciones forzadas que hubo durante las dictaduras del Cono Sur. 

“Aunque la desaparición es un fenómeno común en el país, lo que ha pasado en el último mes es muy preocupante”, lamenta Natalia.

Lanz coincide: “Es una de las crisis más graves de derechos humanos en la historia del país”. “Seguimos sin tocar el tope de la violencia de la policía en las protestas sociales”, agrega.

Según la ONG Temblores, en un mes de protestas se han registrado 3.155 casos de violencia policial, entre los cuales hay 46 víctimas de lesiones oculares, 22 víctimas de violencia sexual por parte de agentes de la fuerza pública y 43 víctimas mortales, además de 18 casos de muertes que todavía están en proceso de verificación. La Fiscalía, por su parte, informa también de 43 muertes, aunque especifica que solo “17 de ellas tienen nexo directo en el marco de las protestas”.