Un ciclón extratropical que provocó fuertes lluvias y ráfagas de viento en la región sur de Brasil entre el lunes y el martes, inundando completamente algunas ciudades, dejó al menos 22 muertos, 21 de ellos en Río Grande do Sul y uno en Santa Catarina, informaron los gobiernos de ambos estados.

El gobernador de Río Grande do Sul, Eduardo Leite, dijo en rueda de prensa que se habían encontrado 15 cadáveres tras la reducción del nivel del agua en lugares que habían quedado incomunicados en la localidad de Muçum.

Previamente, la Defensa Civil de Río Grande do Sul había confirmado la muerte de seis personas en los municipios de Mato Castelhano, Passo Fundo, Ibiraiaras, Estrela y Lajedo. De acuerdo con el gobierno del estado, 62 municipios fueron afectados y más de 25.000 personas resultaron damnificadas por el ciclón.

"Cientos de hombres y mujeres, militares, civiles y voluntarios, están trabajando. Debido a la dificultad de comunicación, entre otras cosas porque en estas comunidades afectadas la red eléctrica ya no tiene energía, hemos recibido ahora esta información sobre cuerpos que fueron localizados, y lamentablemente pueden aparecer otros", dijo el gobernador.

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En Santa Catarina, donde las ráfagas de viento superaron los 110 kilómetros, un hombre murió al caer un árbol sobre su coche en el municipio de Jupiá.

Los fuertes vientos causados por el ciclón también dejaron el lunes sin electricidad a más de 120.000 viviendas en el estado, según el gobierno de Santa Catarina.

El martes por la mañana en su transmisión en directo semanal por redes sociales, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó su solidaridad con las personas afectadas por las tormentas en el sur del país y aseguró que el gobierno federal está listo para ayudar en "lo que sea necesario". Añadió que las tormentas en la región son una "advertencia" sobre la gravedad de los efectos del cambio climático.

Según el canal local Climatempo, el ciclón comenzó a alejarse del territorio brasileño el martes, pero se espera que el frente frío que se encontraba en el sur avance hacia el sureste, afectando a San Pablo y Río de Janeiro, provocando un descenso de las temperaturas y la probabilidad de fuertes lluvias.