El ex alto funcionario chino Fu Zhenghua fue sentenciado este jueves a pena de muerte con un aplazamiento de dos años por aceptar sobornos de más de 117 millones de yuanes (16,8 millones de dólares) e ignorar la ley para obtener beneficios personales.

El Tribunal Popular Intermedio de Changchun en la provincia de Jilin, en el noreste de China, determinó que Fu, ex subdirector del Comité de Asuntos Sociales y Jurídicos del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, abusó de su poder para aceptar sobornos en varios puestos entre 2005 y 2021.

El tribunal también descubrió que durante su mandato como director del Buró Municipal de Seguridad Pública de Pekín de 2014 a 2015, Fu protegió a su hermano menor que era sospechoso de delitos graves para que no fuera investigado y procesado.

Zhenghua fue privado de sus derechos políticos de por vida y todos su bienes personales fueron confiscados, de acuerdo con el tribunal. La cantidad de sobornos que Fu recibió fue cuantiosa, y sus crímenes causaron enorme pérdida a los intereses del Estado y el pueblo, de acuerdo con el tribunal. 

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Sin embargo, se concedió una sentencia indulgente, teniendo en cuenta que Fu había confesado sus propios crímenes y expresado arrepentimiento, y había cooperado con la devolución de sus ganancias ilegales.

El tribunal informó que después de dos años de aplazamiento de la pena de muerte, la sentencia de Fu puede reducirse a cadena perpetua de acuerdo con la ley, pero no se le permitiría mayor conmutación ni libertad condicional, según indicó la agencia Xinhua.

Mientras tanto, la agencia Reuters consignó que Fu dirigió varias investigaciones de alto perfil sobre corrupción, así como "represiones". Antes del juicio de Fu en la corte en la ciudad nororiental de Changchun, el organismo de control anticorrupción de China determinó a principios de este año que Fu también había sido parte de una "banda política" de Sun Lijun, uno de los funcionarios más destacados del aparato de seguridad.

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Sun, quien era viceministro de seguridad pública cuando comenzaron las investigaciones en su contra en 2020, admitió en la televisión estatal en enero que se había coludido con algunos altos funcionarios encargados de hacer cumplir la ley con el objetivo de enriquecerse personalmente.

Sun también fue acusado de no aceptar la autoridad del presidente Xi Jinping. La influencia de Sun, que aún no ha recibido su sentencia, fue tan generalizada dentro del partido que las autoridades lo describieron como "venenoso", un "cáncer" que necesitaba ser eliminado, siguió Reuters.

Tres exjefes de policía de Shanghái, Chongqing y la provincia de Shanxi fueron condenados a años de cárcel, uno de ellos de por vida, por corrupción. Al igual que Fu, también habían sido acusados ​​de ser parte de la camarilla de Sun y de ser desleales a Xi.

Las purgas se produjeron tres semanas antes de un congreso del Partido Comunista gobernante, que se celebra una vez cada cinco años, en el que se espera que Xi asegure un tercer mandato sin precedentes como líder de China.